El fantasma de la roya asiática puede materializarse en los próximos meses si no se toman las medidas de prevención adecuadas. En realidad, no hay que temer ni paralizarse, tan sólo estar atentos y actuar.
Un trabajo del INTA Paraná, elaborado por las ingenieras agrónomas Mabel Rodríguez, especialista en economía agraria, y Norma Formento, una de las fitopatólogas más consultadas del país, indica que los costos de los distintos tratamientos evaluados para el control químico de la roya “varían entre 45,6 y 286,6 $/ha o bien entre 1 y 6,4 qq/ha. Dichos valores deberían sumarse a los costos de producción/ha o restarlo de los márgenes brutos/ha del cultivo de soja”.
Según el informe, el objetivo del análisis económico “es orientar en sus decisiones a los asesores que detecten en los cultivos la presencia de la roya de la soja causada por Phakopsora pachyrhizi, así como también satisfacer la demanda de diversos segmentos económicos y medios de comunicación”.
La aparición en la última campaña de la roya asiática de la soja en Entre Ríos generó preocupación entre los productores agropecuarios por los efectos devastadores que puede ocasionar en los cultivos. La necesidad de aplicar fungicidas para su control, además, aumenta los costos de producción justo en el momento en que la rentabilidad comienza a decaer como consecuencia de las fluctuaciones de los mercados internacionales.
La elección de “ciertos principios activos”, aclaran las profesionales, “no presupone preferencia o recomendación de la Estación Experimental Agropecuaria Paraná del INTA ni invalida la eficacia de control de otros existentes en el mercado y sólo fueron tomados a los efectos de contar con un valor referencial de precios”.
Las opciones evaluadas por Rodríguez y Formento consideran, en el caso del tratamiento 1, “la presencia de roya en estados fenológicos tempranos de la soja (que no supere R1)” y en el tratamiento 2, “la presencia en estados reproductivos más avanzados y críticos para la definición del rendimiento (entre R2 y R6)”.
Modos de uso
En ambos casos se recomienda “la pulverización terrestre con un volumen de agua no inferior a los 200 litros teniendo en cuenta que este volumen asegure el mojado del tercio inferior de la planta.
En Brasil, donde la enfermedad detectada en 2002 ya es endémica (aparece todos los años), “se ha presentado la necesidad, en algunos casos, de efectuar tres pulverizaciones. Esta situación fitosanitaria tiene probabilidades de ocurrencia aún no definidas para nuestra zona”.
Sólo a los fines econométricos, aclara el informe, “se incluyen en la tabla 1 las alternativas de dos y tres aplicaciones con un triazol sólo o con mezcla de triazol y estrobilurrina”. La metodología utilizada para el cálculo del costo de cada tratamiento de control, destacan Rodríguez y Formento, “incluye el costo del fungicida más su aplicación con pulverización terrestre y, en este caso, realizada con maquinaria propia, con precios de fines de julio de 2004, con un valor del dólar de $ 3 y del litro de gasoil a $1,5. Para los resultados que se muestran en la tabla 2 se consideró el precio del quintal de soja a $45”.
En el trabajo, finalmente, se subraya que la información económica obtenida es “sólo y únicamente orientativa” para una adecuada planificación anual del cultivo de soja frente a una nueva problemática fitosanitaria, que diezmó la producción brasileña y preocupa enormemente a los farmers de los EE.UU.
Fungicidas: aumento de precios
En un marco en el que los costos se incrementan para el productor, las empresas también hacen su juego. Dow AgroSciences LLC anunció un aumento mínimo de 5% en el precio de fungicidas Dithane en todo el mundo, para compensar el incremento en el costo de materias primas empleadas para la fabricación y los aumentos en energía y transporte.
“Nos vemos obligados a incrementar los precios de muchos de nuestros productos agrícolas especializados, debido a marcados aumentos de precios en el transporte y varias materias primas”, señaló Jerome Peribere, presidente y CEO de Dow AgroSciences.