Si bien no se trata de una enfermedad nueva, la Roya Amarilla (Puccinia striiformis f sp tritici (PST) en trigo ha venido causando importantes daños y pérdidas desde su primera aparición en 1928 – 1930.
Hasta hace poco la ocurrencia epidemiológica de esta roya en nuestro país fue siempre esporádica y limitada a regiones con temperaturas medias más bajas, como el Sudeste de la provincia de Buenos Aires (Carmona, 2017).
Sin embargo, debido a la difusión de variedades susceptibles, al surgimiento espontaneo de nuevas razas virulentas de PST, y al cambio climático (Lyon y Broders, 2017) en las últimas cuatro campañas se han registrado y cuantificado epifitias en la gran mayoría de las zonas trigueras, norte y sur de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba, centro y sur de Santa Fe.
Es así como la tolerancia de las diversos cultivares se transforma en una herramienta fundamental a la hora de llevar adelante la producción de trigo. Esto facilita el manejo debido a la creciente complejidad de los factores que reducen los rendimientos como son la nutrición deficiente, la competencia de las malezas y el avance de otras enfermedades.
Actualmente, en el mercado de semillas hay pocas variedades que presenten buen comportamiento frente a roya amarilla; pero que las hay, las hay. Según ensayos de la RET INASE, Basilio de Bioceres Semillas es una de ellas.
En la campaña pasada esta variedad obtuvo el primer puesto en rendimientos en el ensayo conducido en La Dulce, sin fungicida, logrando casi 90 qq/ha.
También Guayabo y Gingko, las nuevas propuestas de Bioceres Semillas, se destacan por su buen comportamiento frente a la roya amarilla y por los buenos resultados, tanto en ensayos como en campo de producción en toda la región pampeana incluyendo Miramar, Pla y Manfredi.
En ensayos realizados en la Regional Aapresid Bragado-Chivilcoy, Guayabo obtuvo 74 qq/ha superando al resto de las variedades. Por su parte, la nueva variedad Gingko se ubicó en rinde por encima del resto de las variedades participantes de su ciclo en la red CREA Mar y Sierras, alcanzando 57 qq/ha en promedio, y presentó -además- excelente sanidad y muy buenos valores de proteína y gluten.
Dada las características intrínsecas de la enfermedad es muy probable que la Roya amarilla vuelva a presentarse en esta campaña. La buena noticia es que ya hay variedades disponibles para minimizar su impacto.