La Gran Cuenca del Río Paraná está trayendo preocupante noticias desde el año pasado. En el 2020, la fuerte sequía atravesada en Argentina, Paraguay y Brasil, principalmente, afectó sobremanera el nivel del río y consecuentemente provocó una significativa retracción del agua.
Este ciclo, nuevamente seco por varios meses, también está generando más complicaciones, amén de que la gran bajante del año pasado nunca consiguió recuperarse completamente.
Luego del paso de La Niña, esta campaña, el sur de Brasil continúa con una importante ausencia de lluvias que no abastece a las represas hidroeléctricas del sur del país, que el año pasado tenían niveles normales. Esto también, colateralmente, impacta a la zona portuaria rosarina.
En este sentido, el presidente Jair Bolsonaro admitió que Brasil puede vivir un grave problema de abastecimiento de energía en los próximos meses debido a la intensa sequía que tiene en sus mínimos las represas de las hidroeléctricas, responsables por el 63% de la energía generada por el país, según comunicó la agencia internacional de noticias EFE.
En Brasil, definen lo que está sucediendo como “la mayor crisis hidrológica de la historia“.
La Agencia Nacional de Energía Eléctrica de ese país ya había advertido que la balanza hidrológica de Brasil en el período húmedo 2020-2021, que terminó en marzo, fue la peor desde que el indicador comenzó a ser medido en 1991.
Según la Agencia, los niveles de agua en las hidroeléctricas en las regiones sudeste y centro-oeste del país está en su menor nivel desde 2015, cuando el país también enfrentó una crisis hídrica.