Los productores y asesores técnicos argentinos conocen muy bien los principios de las resistencias en el manejo de las adversidades fitosanitarias. Todas las regiones productivas argentinas vienen intentando morigerar, desde hace más de diez años, el avance de las resistencias a la malezas. También las plagas quebraron resistencia genética. Ya hay un camino recorrido y aprendizajes.
Bajo este contexto, otra alerta y luz amarilla la despiertan las enfermedades. Allí también hay que poner atención y actuar con mucha precaución.
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Un gran grupo de expertos y asesores técnicos vinculados a la sanidad vegetal, de toda la Argentina, se juntaron esta semana en Buenos Aires. Estaban preocupados. Trajeron en sus anotaciones o tablets, los problemas crecientes que tienen para manejar ciertos patógenos en trigo, cebada y soja.
Para buscar soluciones, tuvieron adelante al reconocido fitopatólogo, docente de la Facultad de Agronomía (UBA) e investigador, Marcelo Carmona, quien fue el primero en denunciar la resistencia a fungicidas de mancha amarilla en trigo.
DESAFÍOS DE MANEJO DE ENFERMEDADES
“La resistencia es una amenaza, es un desafío para la agricultura mundial, la producción, productividad y lo que sería fundamentalmente la seguridad alimentaria. La emergencia de los problemas ya está generando un problema totalmente diferente a lo que sucedía años atrás, fracasan las moléculas fungicidas, con lo cual hay que buscar prácticas complementarias”, pintó el experto en la introducción de esta reunión, que organizó UPL Argentina, y se llamó “Simposio y Workshop de Resistencia a Fungicidas 2022”.
En mesas de trabajo que dispusieron en un reconocido hotel de Cardales, todos se preguntaron: “¿Qué hacemos?” Trabajaron en conjunto, expusieron los problemas y empezaron a darle forma a las soluciones. Los ánimos iniciales de preocupación, que los llevó a reunirse, se empezaron a disuadir.
“Las resistencias a fungicidas ya no las vamos a evitar -se lamentaron-, solo podemos retrasarlas”, terminaron por alentar. Con esa conclusión, los referentes volverán a sus respectivas zonas para bajar el mensaje.
EL ABC DE LOS TRATAMIENTOS
Asimismo, pudieron identificar el “ABC” de lo que se debe hacer ahora. ¿Cuáles son las malas prácticas agrícolas en el manejo de las enfermedades por evitar?
“Hay que diagnosticar bien; evitar la aplicación de fungicidas con alta presión de enfermedades; tampoco repetir modos de acción con poca eficacia para el control y elegir marcas comerciales con probada efectividad”, consensuaron.
Terminó el primer Simposio Internacional de Resistencia a Fungicidas ✅ Aprendimos sobre una problemática que crece, intercambiamos con especialistas que de España, Australia y Brasil, y discutimos cómo encarar el desafío con asesores de distintas zonas de 🇦🇷 . ¡G R A C I A S! 🙌 pic.twitter.com/6HLnct92L9
— UPL Argentina (@UPLArgentina) October 13, 2022
En el “check list” de las enfermedades que son preocupantes, en soja, tildaron a tizón de la hoja (Cercospora kikuchii), mancha marrón (Septoria glycines) y el progresivo y deficiente control que ya se registra en el NOA sobre mancha anillada (Corynespora cassiicola).
Por su parte, en trigo reconocieron que mancha amarilla (Drechslera tritici-repentis) o roya de la hoja, mientras que en cebada distinguieron a mancha en red (Drechslera teres), Ramularia y escaldadura de la hoja, provocada por diferentes tipos de bacterias.
¿Por qué impulsamos el Simposio Internacional de Resistencia a Fungicidas? ¿Las resistencias representan una amenaza pero también un desafío?
🗣️ Mirá lo que nos dice el Dr. Marcelo Carmona 👇 pic.twitter.com/FCa52yOA1y
— UPL Argentina (@UPLArgentina) October 11, 2022
Andrés Fabbris Rotelli, gerente de insecticidas y fungicidas de UPL, destacó que “hay que manejar con consciencia, de forma sustentable y sostenible, a los fungicidas monositio e ir inclinándose por las mezcla fungicidas multisitios para mitigar o palear los problemas”.
UNA OPCIÓN
Al respecto, Fabbris Rotelli subrayó la composición de “Goldleaf”, el primer fungicida foliar, triple mezcla, multisitio y sistémico para soja, trigo y cebada, que está compuesto con Azoxystrobin, Protioconazole y Mancozeb, con excelente calidad de disolución.
Esta herramienta actúa en ocho sitios de la célula del hongo y demostró ser muy efectiva en el control y manejo de enfermedades resistentes de estos cultivos.
La sanidad vegetal y la sustentabilidad de las soluciones requiere ocuparse hoy de los problemas. Recayendo sobre los mismos errores, el mañana solo traerá mayores problemas.