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Reintegros: ya lo sabían

Empresas lácteas y frigoríficos. Cómo se adelantaron a la medida

Empresas lácteas y frigoríficos. Cómo se adelantaron a la medida
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La mayor parte de los directivos de las empresas exportadoras de lácteos y de carne vacuna sabían con varios días de anticipación que el Gobierno suspendería el pago de reintegros. Esto les permitió -una semana antes de la entrada en vigencia de la medida- declarar un volumen significativo de ventas externas ante la Dirección General de Aduanas para, de esa manera, percibir el reintegro correspondiente por futuros embarques.

La suspensión de los reintegros a las exportaciones de una serie de productos agroindustriales fue anunciada por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, el pasado jueves 10 de noviembre. Al día siguiente, la medida fue publicada en el Boletín Oficial (Resolución N° 616/05).

En esa misma semana (7-11 de noviembre de 2005) las industrias lácteas declararon ante la Aduana exportaciones de leche en polvo entera a granel por un volumen de 43.722 toneladas (ver cuadro). Para tener una idea de lo que representa esta cifra, vale mencionar que -según datos del SENASA- entre enero y octubre de 2005 se exportaron 129.873 toneladas de leche en polvo entera. Es decir: en una sola semana se declaró un volumen de ventas que representa el 33% de todas las ventas externas realizadas en los diez primeros meses del presente año. Estos datos indican que, al menos en el mediano plazo, la suspensión de los reintegros no afectaría de manera importante la rentabilidad de las empresas lácteas exportadoras, dado que buena parte de los futuros embarques fueron declarados y por ende percibirán reintegros (en el caso de la leche en polvo éste es del 5,0% del precio de exportación).

En cuanto a las ventas externas de carne vacuna, si bien éstas venían experimentando un crecimiento progresivo -fenómeno que se explica por la retirada de la oferta brasileña de muchos mercados de importación a causa de los brotes aftósicos registrados en el vecino país-, lo cierto es que, en la semana del anuncio de la Resolución N° 616/05, se declararon exportaciones de carnes frescas envasadas por un volumen 525% superior al promedio de las cuatros semanas inmediatamente anteriores. Algo similar ocurrió con los cortes congelados envasados que se exportan principalmente a la Federación Rusa e Israel (ver cuadro). Esto tampoco es una casualidad: la mayor parte de los frigoríficos exportadores tenían el dato.

En los fundamentos de la Resolución N° 616/05 se expresa que “resulta razonable suspender transitoriamente los reintegros a las exportaciones de estos productos con el propósito de colaborar en la estabilización de sus precios internos”. Pero la efectividad de la medida en el caso de los lácteos sería dudosa por el volumen descomunal de exportaciones declaradas. En tanto, en el caso de los cortes vacunos, si bien las ventas externas declaradas en el período 7-11 de noviembre también fueron importantes, la medida sí podría generar cierta mella en la rentabilidad de parte del sector frigorífico exportador; esto porque los registros de ventas externas de carne vacuna siguieron mostrando una tendencia creciente aun a partir de la entrada en vigencia de la suspensión de los reintegros (ver cuadro). En el caso de los cortes bovinos frescos deshuesados, el reintegro eliminado es del 2,70% del precio de exportación.

Para el despacho de mercaderías los exportadores deben presentar el Documento Único (permiso de embarque) ante la Dirección General de Aduanas. La confección e ingreso de este documento se realiza a través del Sistema Informático María. Una vez que la Aduana oficializa y registra el Documento Único, el exportador tiene un plazo de 31 días para cumplir con la operación si ésta se realiza por transporte aéreo o bien de 45 días si se lleva a cabo por vía terrestre o marítima.

Otra más

Oportunidad perdida

En 1994 las exportaciones brasileñas de carne vacuna fueron de 573 M/u$s. Diez años después (2004) se habían cuadruplicado para alcanzar la cifra de 2.457 M/u$s. El cambio de los precios relativos a partir de la devaluación del real (R$) en enero de 1999 contribuyó a favorecer la competitividad del sector frigorífico brasileño, al tiempo que el cierre de los mercados internacionales para la oferta de carne argentina -ocurrido luego de la reaparición de la aftosa en 2001- presentó una oportunidad única para los exportadores del vecino país; una oportunidad que no desaprovecharon. La Argentina tiene hoy la misma oportunidad que tuvo Brasil en 2001. Con una diferencia: el gobierno de turno cree que la mejor manera de contener los precios minoristas de la carne es aplicando restricciones a las ventas externas de ese producto. Una lástima.

Ezequiel Tambornini

Especial para Infocampo

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