Aceites. La demanda de girasol se concentra en unas pocas industrias aceiteras, las cuales podrían trasladar el nuevo costo hacia los productores. No sucedería lo mismo en el caso de la soja, porque en este caso el principal subproducto obtenido es la harina y, además, porque la industria debe competir con el sector exportador para hacerse de mercadería. El subsector más afectado por la medida es el exportador de aceites envasados, pero este rubro representa, en valor, alrededor de un 10% de las ventas externas totales de aceite.
Trigo. El hecho de que los molinos y las industrias procesadoras de trigo tengan que competir por el cereal con el sector exportador, garantizaría un impacto casi nulo de la medida en las cotizaciones internas del trigo.
Hacienda. Las perspectivas generales del mercado de hacienda seguirían siendo favorables para el productor ganadero. Pero la resolución tendrá un impacto negativo en las industrias que concentran un gran volumen de sus ventas externas en productos cárnicos termoprocesados (fundamentalmente Swift Armour). La medida podría generar cierta presión bajista en las categorías vacas y novillos pesados.
Lechería. Las industrias con mayor posicionamiento en la cuencas lecheras santafesinas (donde se originan la mayor parte de las exportaciones lácteas argentinas) resultarán muy afectadas por la medida. Esto podría impulsar cierta presión bajista en el valor de la leche pagado al tambero en dicha región.
Regionales. Impacto muy negativo para arroz, ajo, té y yerba mate.
Ezequiel Tambornini
Especial para Infocampo