Este año, la distinción que realiza anualmente la Sociedad Rural de Tucumán (SRT) fue para el empresario citricultor Juan Padilla, titular de “El Carmen”, una empresa familiar que desde 1798 se dedica a la citricultura y a la actividad azucarera en la zona de Lules. Se trata de la sexta generación que se vuelca a la producción de cítricos, a la que han agregado la comercialización de jugos 100% naturales.
“¿Cómo hicimos para sobrevivir ante tantas crisis? Tratamos de adaptar la empresa a las nuevas circunstancias que se presentaban, con la premisa de financiarnos con recursos propios”, explicó el empresario. “El excedente de fruta nos obligó a buscar otras alternativas comerciales, por eso nos volcarnos a la producción de jugos naturales, porque no podíamos tirar los sobrantes y la única solución era dotar a la fruta de mayor valor agregado, y eso lo logramos transformándola en jugo natural”, amplió.
Citric y Canamico son los dos productos estrella destinados en su mayoría a las provincias argentinas y a la exportación.
El volumen actual de producción, alcanza a unos 200.000 l al mes, que se obtienen con el 15% de producción de la empresa y el resto se destina a la exportación.
Para poder atender el mercado todo el año, El Carmen invirtió para mejorar las instalaciones fabriles, construyendo cámaras de frío para poder guardar la fruta, y, en el campo, sembrando variedades extra tempranas y muy tardías. Pero también invirtieron en equipos tecnológicos para adelantar el proceso de maduración de la fruta.
“Un punto importante de nuestro esfuerzo fue lograr que la fruta permaneciera más tiempo en la planta, de tal manera que el jugo se mantenga dentro de la cáscara durante los 12 meses”, señaló.
“¿Cómo vemos el futuro? Las crisis recientes que viene sufriendo el sector citrícola exige nuestro mayor esfuerzo de imaginación para superar los momentos duros. No nos quedaremos; apostamos a seguir creciendo, siempre con calidad”, concluyó el empresario.
Daniel Vaca – Corresponsal de Infocampo en Tucumán