Dos factores complicaron el panorama en el inicio de la siembra gruesa. Por un lado, la incertidumbre económica que hace dudar a los productores sobre qué cultivo implantar. Por el otro, la falta de lluvias, que ya está demorando el avance del maíz temprano y muchos de esos lotes finalmente podrían destinarse a soja.
Esta época del año es momento de barbechos y, por eso, desde FMC recomiendan una estrategia “neutra”: utilizar productos que sean compatibles con ambos cultivos, para poder tomar la decisión final sobre qué sembrar, sin apuro. “La competitividad que tiene cada cultivo contra las malezas es diferente, por eso la mayoría de los herbicidas selectivos son pensados para uno u otro, pero ante el retraso de las lluvias y la incertidumbre, se pueden usar principios activos compatibles con ambos. Hay que pensar en barbechos abiertos que permitan decidirse al último por soja o maíz”, señala Juan Caporicci, gerente de Herbicidas de FMC en el Cono Sur.
Plan de acción
La compañía ofrece una paleta de productos ideal para encarar una estrategia de este tipo. Si las malezas ya están nacidas y emergidas, Caporicci recomienda el uso de Shark, un PPO de contacto que se utiliza previo a la siembra de cualquier cultivo, dado que no tienen efecto residual. Luego, para mantener el lote limpio hasta llegar al momento de siembra, el producto ideal es Pelicán, es un inhibidor de la síntesis de carotenoides que tiene la capacidad precisamente de adaptarse tanto a soja como a maíz.
“Luego, si finalmente al momento de siembra elegimos optar por soja más que maíz, y también dependiendo de la maleza predominante en el historial del lote, se puede completar con Command36CS para gramíneas resistentes y Capaz para Amaranthus spp. Ambos son herbicidas residuales en los que hay que conocer con precisión los picos poblacionales de las malezas, para ser más efectivo y más eficiente con su uso”, amplía Caporicci.
A corto y largo plazo
Para el ejecutivo de FMC, no hacer un tratamiento de malezas o hacerlo mal constituye un problema no sólo para la campaña inmediata, sino que potencialmente se está hipotecando el sistema para los ciclos siguientes y eso repercute directamente en los costos. “Siempre es conveniente invertir hoy y mantener un lote saludable desde el punto de vista de las malezas, aunque uno no vea un gran problema. Porque si haces un mal planteo, ese lote después se puede tornar inmanejable y generar el doble de costos. La inversión hay que hacerla hoy para no invertir el doble mañana”, resalta.
En este contexto en el que cada año sigue aumentando la superficie nacional afectada por malezas y con nuevas resistencias a nuevas especies, la solución no se logrará sólo apostando a herramientas químicas, sino con un manejo integrado de todas las herramientas que nos ofrezca el sistema en el cual estamos trabajando. “Amaranthus pasó de un millón de hectáreas a casi 20 millones en solo cinco años, casi, la superficie de siembra de soja en Argentina. También está avanzando a paso muy firme la problemática de gramíneas resistentes: Eleusine spp. y Echinocloa spp. ya ocupan alrededor de 8 millones de hectáreas cada una. Son ejemplos de la presión de selección que estamos haciendo, y que debemos modificar el manejo actual de malezas”, concluye Caporicci.