Se aproxima la cosecha y ésta enfermedad se debe tener en cuenta ya que puede producir graves pérdidas en la producción.
Para reducir el impacto de esta enfermedad, técnicos del INTA realizaron una serie de recomendaciones: adelantar la cosecha, evitar las fertilizaciones, favorecer la aireación de los racimos y realizar un control químico de la mano de las buenas prácticas.
Beatriz Pugliese ,especialista del INTA San Juan, aseguró que “la podredumbre ácida en vid es una enfermedad que está asociada a un complejo de microorganismos que incluye levaduras, bacterias y hongos filamentosos” por lo que demanda dos tipos de controles: uno cultural y otro químico.
Los síntomas se manifiestan a partir del envero, con fuerte oxidación de la cutícula de las bayas, ablandamiento y maceración de la pulpa, perdida de mosto, vaciamiento de las vayas, producción de ácido acético y presencia de mosquitas del vinagre.
Puede darse en bayas aisladas o en grupos. Las bayas afectadas se descomponen interiormente y se vacían, conservando la piel seca la forma de la baya.
Condiciones predisponentes
La podredumbre es favorecida por las altas temperaturas y humedad elevada durante el período de maduración de los racimos. También, en caso que haya lesiones (de cualquier tipo), al principio son demasiado pequeñas y no permiten que el jugo salga al exterior, aunque son suficientes para que en ellas se instalen las bacterias que producen la podredumbre ácida y la mosca del vinagre realice las puestas.
Pugliese destacó la importancia de realizar la cosecha lo antes posible para evitar problemas y advirtió sobre el riesgo de efectuar fertilizaciones que promuevan el rebrote. “Necesitamos que la planta ingrese rápidamente en reposo vegetativo”, aseguró.
Manejo de la enfermedad
Manejo Cultural: evitar la producción de microheridas (manteniendo el cultivo en un buen estado fitosanitario), el estrés hídrico y el exceso de vigor. Asegurar una buena ventilación de los racimos con los deshojes oportunos (después del cuaje) y sistemas de conducción abiertos para evitar la condensación del agua.
Manejo Químico: Si bien existen productos a utilizar de forma directa contra la enfermedad, y los fungicidas utilizados para la podredumbre de los racimos generalmente no tienen acción sobre la enfermedad, se señalan ligeras disminuciónes de ataque con tratamientos preventivos contra la podredumbre gris a base de productos como Iprodina, Promicidona, Vinclozodina, etc. También se indican tratamientos a base de productos cúpricos a partir del envero.
La especialista reconoció que “no hay un producto 100 % efectivo para curar esta enfermedad” y subrayó la importancia de utilizar sólo aquellos registrados en el Senasa y autorizados para el cultivo de vid.
Además, indicó que lo más recomendable es “realizar aplicaciones con productos que contengan cobre para favorecer la cicatrización de heridas”.
En todo caso, se debe actuar con buenas prácticas agrícolas, tener presente la proximidad de la cosecha y respetar períodos de carencia, dosis recomendadas en el marbete, restricciones de uso en cuanto a la cantidad de aplicaciones por temporada para evitar generar resistencia al producto utilizado.