A la hora de dar medicamentos a los animales en los establecimientos agropecuarios, se deben tomar ciertos recaudos y cumplir varios requisitos de manera tal que no representen ningún tipo de riesgo de contaminación una vez transformados en alimentos destinados al consumo humano.
Por eso, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) brindó recomendaciones dirigidas a los productores a fin de que cumplan con buenas prácticas en el uso de la medicación veterinaria.
Por caso, los plaguicidas organofosforados son fármacos utilizados para el tratamiento de ectoparásitos como moscas, garrapatas, ácaros y piojos, que se presentan en diferentes formas, según el principio activo y la indicación de uso (baños de Inmersión, pour-on, aspersión, caravanas, etc.). “El éxito y la seguridad del uso de estos productos dependen de un seguimiento cuidadoso de las indicaciones del fabricante, y del asesoramiento y la supervisión del profesional veterinario”,indicó el Senasa.
El productor, que es el primer eslabón en la cadena alimentaria, tiene un rol importante en el cuidado de la salud pública. Por tal motivo, la coordinadora de Vigilancia y Alerta de Residuos y Contaminantes del Senasa, Marité Carullo, expresó: “Es muy importante que los tratamientos con medicamentos veterinarios que realiza el productor sobre sus animales sean administrados cumpliendo ciertos requisitos, para que los residuos de estos medicamentos no se encuentren presentes en el alimento en concentraciones que superen los valores permitidos por la legislación vigente”.
Se debe tener en cuenta que los tratamientos con medicamentos veterinarios que se apliquen sobre los animales tienen que estar recetados por un profesional veterinario, y se debe leer y seguir cuidadosamente las indicaciones del fabricante.
“Hay que respetar obligatoriamente el período de carencia, que es el tiempo que debe transcurrir entre la última aplicación del medicamento y el envío del animal tratado a faena o del producto o subproducto a consumo (leche). Este período de carencia es el aprobado por el Senasa para esa formulación”, recordó la especialista.
Además, el medicamento debe ser aplicado sólo en la especie para la cual fue autorizado, es decir que si un antiparasitario fue aprobado sólo para bovinos, se puede usar solamente en esa especie y no en otra.
“No respetar las buenas prácticas de uso de la medicación veterinaria puede ocasionar daños a la salud de nuestros consumidores y graves perjuicios económicos a nuestro país por la pérdida de mercados”, subrayaron desde el Senasa.