“Una medida de corte fiscalista que no haría más que profundizar las políticas anticampo, sin que esto redunde en beneficios para toda la ciudadanía. Algo que ya sucedió con el cierre de las exportaciones de la carne, cuando cayó un 30 por ciento el precio pagado a la producción, sin que se mejoraran los valores para el consumidor, ya que la diferencia finalmente quedó en manos de los frigoríficos exportadores”.
“Cabe destacar además, que la resolución anunciada hoy se venía rumoreando hace varias semanas e incluso había sido desmentida por diversos funcionarios. No obstante recién entrará en vigencia el próximo lunes 15 de enero. Lo cual daría la posibilidad a las multinacionales exportadoras de adelantar la inscripción de sus operaciones sin incluir el aumento del 4 por ciento, que de todos modos cargarán a los productores cuando sea levantada la cosecha. Por eso solicitamos al Gobierno que informe cuántas toneladas de soja han sido registradas en estos días por las grandes empresas del sector”.
Los más perjudicados vuelven a ser los pequeños y medianos productores. Y cada vez están más lejos las políticas que venimos reclamando hace tiempo, para defender el desarrollo del los pueblos del interior desde un modelo que privilegie a los cientos de miles de familias que no tienen cabida en el actual esquema agropecuario, que se profundiza con este tipo de medidas.
Y aunque en los próximos días, las bases de nuestra entidad en todo el país determinarán los pasos a seguir, desde la Federación Agraria Argentina declaramos estado de alerta y movilización. Rechazamos este aumento del 4%, y proponemos consensuar entre los productores y el Gobierno un mecanismo que ayude a que los productos básicos no queden fuera del alcance del bolsillo de los argentinos. Algo que pueda realizarse sin necesidad de aumentar retenciones ni crear nuevos impuestos.