La República Popular de China informó nuevos casos de Peste Porcina Africana (PPA), que si bien están muy lejos de lo reportado a principios de 2018 que lo llevó a reducir a la mitad su población de cerdos, los actuales rebrotes ponen un signo de interrogación en el mercado cárnico mundial y en la demanda de soja del gigante asiático.
Según recapitula la analista de Rosgan María Julia Aiassa, “desde el mismo Ministerio de Agricultura chino informan que estos brotes responden a una variante de la cepa original que al parecer es menos letal que la anterior, pero de mayor contagiosidad. A su vez, resulta más difícil de detectar por parte de los granjeros por lo que su diseminación sin una vacuna efectiva, resulta inevitable”.
Esta situación sanitaria de China ya era un problema en 2018, pero se mantenía a nivel local. Sin embargo, en septiembre de 2011 Alemania y Polonia confirmaron sus primeros casos, y como medida de prevención diez países suspendieron las importaciones de productos porcinos alemanes, lo que derivó en modificaciones dentro del sector porcino de la Unión Europea.
Frente a este panorama, lo primero que se pone de manifiesto es la posibilidad que China aumente nuevamente sus compras de carne porcina, y la Argentina sigue siendo un “socio” importante. No tanto por la cantidad que se produce en nuestro país, pero si porque al momento no se detectó ningún caso de PPA.
Por otro lado, el consumo de proteína animal del gigante asiático continúa en ascenso, y con las dificultades productivas que aún evidencia en materia porcina, carnes de otras especies se manifiestan como una alternativa.
“En el primer bimestre del 2021, las importaciones chinas de carne (vacuna, porcina, aviar) crecieron cerca de un 30% respecto a igual período del año pasado. La realidad es que, con la aparición de los estas nuevas variantes de la Peste, el mercado ya comienza a descontar que China importará este año nuevamente volúmenes muy altos de carne“, señala Aiassa.
Otra de las consecuencias asociados a los nuevos rebrotes de la PPA, es que China, que aún mantiene volúmenes récord en importación de soja (alimento calve para el sector porcino), pueda reducir su demanda.
El precio del commodity actualmente se mantiene en los niveles más altos de los últimos 6 años, apoyado principalmente su cotización en la demanda del país asiático y los bajos stocks de Estados Unidos.