Tiene 19 años y casi 63.500 seguidores en Instagram, la red social que compite con Tik Tok entre las más usadas en cuarentena por la pandemia de coronavirus.
Nahuel “Pipi” Sañudo nació en el partido bonaerense de Azul, y actualmente trabaja en un campo junto a su familia a 20 kilómetros de Cacharí. No sabe cómo llegó a convertirse en un “agroinfluencer”, pero asegura que se emociona cada vez más con la enorme llegada que logró con los jóvenes en las redes.
“Hace más o menos dos años empecé a compartir mis videos en Instagram. Antes, solamente se los pasaba a mis amigos, y ellos los subían en sus propias cuentas. Así, me terminaron incentivando. De a poco, los videos se fueron viralizando y varias cuentas los compartían, lo cual me ayudó a crecer”, recuerda Nahuel en diálogo con Infocampo.
Entre el humor, los consejos, datos y demostraciones de la vida rural, el joven se ganó el cariño de la gente. Y hoy está seguro de que jamás se imaginó este presente. “Es algo inexplicable: a todos los lugares que voy, siempre hay personas que me conocen, que me quieren y me piden alguna foto. Nos ponemos a charlar, y la verdad es muy emocionante”, cuenta.
Entre la ganadería, la doma y los sueños
La familia Sañudo trabaja para un patrón en un establecimiento de 1.800 hectáreas donde hay feedlot, cría y recría. Cuando puede y como extra, Nahuel también hace chacra, y además en su tiempo libre se dedica a su pasión, la doma racional.
“Siempre galopeo a la tardecita, a última hora o después de comer, no le quito horas de trabajo al campo“, aclara.
A los siete años, Pipi domó su primer petiso para las pruebas de rienda de Las Flores. Ahí, le tomó el gusto a la doma. “Siempre fui muy curioso en cuanto al aprender, y para mí no existe la frase “no puedo”. Yo siempre le intento buscar la vuelta hasta que me sale“, remarcó. Esa actitud es la que, quizás, más conquista al público que lo sigue.
Su meta, confiesa, es ser veterinario, aunque también le gustaría vivir de la doma de caballos. “Hice varios cursos de inseminación, manejo de rodeo de cría y el año pasado terminé la secundaria. Yo siempre quise ser veterinario: en febrero probé y no pude ingresar a la Universidad de Tandil. En agosto voy a intentar nuevamente“, asegura.
De todas maneras, lo que más lo llena es ayudar a sus pares. “Los chicos que quieran saber sobre algo sobre el campo pueden escribirme. Les explico o les hago un video personalizado, para aportar en lo que necesiten”, cierra.
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