Las nuevas características que va a tener en los próximos dos años el Puerto de Quequén, van a convertir a esta zona del sudeste bonaerense en una de las de mayor crecimiento. Muchos coinciden en que será el lugar por excelencia para la salida de la producción granaria argentina. Estiman que un puerto de aguas profundas, con escaso calado, que funcione durante todo el año y además tenga buenos accesos, va a ser prioridad en la elección de los exportadores de productos primarios.
La clave está en que el gobierno bonaerense puso en marcha las tareas de remodelación y ampliación de la escollera sur del Puerto de Quequén. Una obra que “reducirá sustancialmente los constantes cierres del puerto que en los últimos cinco años promediaron los 88 días anuales, a raíz de los fuertes vientos y la altura de las olas”, precisaron desde el Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos bonaerense.
El puerto de Quequén es uno de los de mayor relevancia de la Argentina. Se movilizan alrededor de 3,5 millones de toneladas de granos por año y se opera con el 15 por ciento del comercio exterior provincial. El emprendimiento es considerado prioritario para intensificar las exportaciones, en especial para el área del Mercosur.
De acuerdo con estudios preliminares, cuando terminen las obras, la estación portuaria podrá llegar a operar siete millones de toneladas anuales, lo que representa el ingreso de 100 buques adicionales por año. Además, hará que se incrementen en 800 los operarios, cifra que equivale a aumentar la masa salarial en un millón de pesos anuales. También se considera que los trabajos posibilitarán un efecto multiplicador de la economía regional de cuatro millones de pesos por año.
La escollera será reparada en un tramo de 150 metros y se prolongará en 400 metros con el empleo de 62 mil metros cúbicos de rocas. También se ejecutará la señalización de ayuda a la navegación del canal de acceso. El plazo de ejecución de las obras se fijó en 20 meses. Los trabajos fueron contratados por un monto superior a los 83 millones de pesos y son financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Estado nacional y la provincia de Buenos Aires.
Milva Beloso
Especial para Infocampo