En septiembre del año pasado, la Universidad Austral llevó a cabo un relevamiento entre jóvenes estudiantes de carreras universitarias no vinculadas al agro, para medir en detalle cuál era su percepción sobre el campo.
Con este fin, se desarrollaron seis focus groups con estudiantes de los últimos dos años de carreras de ciudades universitarias del país como Santa Rosa, La Plata, Córdoba, Neuquén, Tandil y Rosario, entre otras.
El trabajo buscó indagar en cómo los futuros profesionales imaginan su inserción laboral, qué aspiraciones tienen y sobre todo, como imaginan que es el trabajo en la agroindustria y qué tipo de perfiles se necesitan en este sector.
LOS JÓVENES Y EL CAMPO
Uno de los ejes para abordar esta encuesta es entender cómo es la tendencia mundial a la hora de pensar el sistema agropecuario.
En este punto, la Universidad Austral consideró que los avances tecnológicos y la tendencia a la automatización están marcando una transformación en el mercado laboral.
Cada vez más, se hace visible que se requieren menos trabajos manuales y más personal calificado, mientras se espera que para 2050 –de acuerdo a la FAO- habrá que alimentar a más de 9.000 millones de personas.
“Eso desafía a los productores y a la agroindustria a producir más, siendo cada vez más eficiente con los recursos”, remarcaron.
POCAS REFERENCIAS DEL AGRO
Al igual que en investigaciones anteriores, el punto de partida es que una buena parte de los jóvenes tienen poca información sobre el agro.
“Este hecho conlleva la necesidad por parte del sector, de elaborar nuevas y mejores maneras de vinculación y comunicación”, destacaron.
La casa de estudios adelantó algunas de las percepciones de los jovenes universitarios sobre el agro. Más allá de algún interés puntual y de identificar al agro como un sector clave para la economía, existe un amplio desconocimiento sobre el día a día el campo.
“A la luz de los resultados, los jóvenes de carreras no afines al sector, tienen pocas referencias del agro, y a priori, no lo ubican en su mapa de posibilidades e intereses. Las empresas y marcas del agro no emergen de manera espontánea en el imaginario”, señalaron.
Una conclusión sobre ese tema es que el desconocimiento y la desinformación se refleja en algunos prejuicios en cuanto a las condiciones de trabajo y “la cristalización de imaginarios negativos asociados al agro como actividad extractiva y de desgaste, escasa conciencia sobre el cuidado del ambiente, poca innovación y baja incorporación de tecnología”.
Con esta información, la casa de estudios realizó algunas sugerencias, orientadas a reforzar la consideración del sistema agro como sector estratégico, con ventajas competitivas y con proyección de futuro.
“Adicionalmente, se detecta una oportunidad de mayor relacionamiento institucional con las universidades, para aportar información general y sobre las oportunidades de empleo con el fin de generar atractivo y motivación”, concluyeron.