El galvanizado por inmersión en caliente es uno de los método más eficiente de protección del hierro y el acero frente a la corrosión. En la industria del agro posee múltiples aplicaciones, especialmente en materiales que permanecen a la intemperie y/o expuestas a productos corrosivos.
Su utilización más frecuente es en tambos, silos para acopio de granos, molinos y equipos de riego, cercos y corrales, tinglados, maquinarias para acopio y/o transmisión de fluidos o productos corrosivos.
Entre sus beneficios se destaca su bajo costo inicial, comparado con otros métodos de protección; no posee costo de mantenimiento dado que una vez galvanizado no es necesario pintar; es sumamente resistente a golpes y raspaduras y a la vez versátil, ya que el proceso de inmersión permite galvanizar piezas de diferentes formas y tamaños y brinda mayor vida útil al producto.
El proceso de galvanizado consiste en la inmersión de las piezas de hierro en un baño de zinc fundido a 450ºC, en el cual se produce una reacción de difusión entre el zinc y el acero obteniéndose una aleación hierro-zinc de gran resistencia garantizando una protección de hasta 50 años del producto.
El galvanizado por inmersión en caliente es un proceso amigable con el medio ambiente dado que se encuentra alineado con los tres pilares principales de la sustentabilidad: extiende la vida útil de los productos, permite el reciclado del hierro y ofrece mejoras de durabilidad y seguridad.
Con el firme propósito de desarrollar nuevas aplicaciones y generar beneficios económicos con el galvanizado en el sector agroindustrial, la empresa nacional Galvasa participará por primera vez de Expoagro 2020.