Una vez más el relato oficial trata de reemplazar a la realidad, pero como con la inflación y la pobreza entre otros temas, la mentira tiene patas cortas.
En la campaña 2008-2009 el sector agropecuario argentino sufrió una sequía de magnitud con graves efectos sobre la producción agrícola y ganadera, sus consecuencias aún no han podido ser superadas por muchos productores que, por ejemplo, aún no han recompuesto sus stocks ganaderos.
Sin embargo los efectos de la política agropecuaria del gobierno son más devastadores para los productores que la sequía. Solo en la campaña 2010-2011, por la combinación de las retenciones y las reducciones de precio por efecto de la intervención de los mercados, los productores han visto reducida su facturación en más de 9.000 Millones de dólares, tres veces más que las pérdidas que ocasionaría la sequía actual, estimadas por ahora en valores cercanos a los 3.000 Millones de dólares
Las políticas agropecuarias implementadas desde 2005, a través de restricciones a las exportaciones, retenciones y subsidios mal aplicados no han frenado el ajuste inflacionario que han sufrido los precios de los alimentos. Estas políticas han restringido también la expansión productiva y de exportaciones argentinas que sí se dio en el resto del Mercosur y ponen hoy a los productores frente a un riesgo patrimonial que podría haber sido solventado por ellos mismos si hubieran podido capitalizar su renta de las últimas campañas.
En medio de la tensión que provoca la sequía el gobierno anuncia un “nuevo” sistema de comercialización de Trigo y preparan el de Maíz, sin modificar los errores de fondo que hoy nos llevan a esta situación de descapitalización del sector agropecuario en su conjunto y hacen perder competitividad a los productores argentinos frente a sus pares de la Región. La política agropecuaria del gobierno no se soluciona con “sintonía fina” sino realizando los cambios de fondo que hemos propuesto en diferentes proyectos de Ley desde 2007. Si no se hicieron oportunamente, con menos apuro y en situaciones menos drásticas, deben realizarse hoy.
Proponemos que con urgencia se declare la emergencia o desastre agropecuario en las zonas que corresponda, de acuerdo a los mecanismos previstos en la legislación vigente y se apliquen inmediatamente las medidas que se debieron aplicar cuando los precios internacionales, las condiciones climáticas y la economía mundial estaban en mejores condiciones:
-Se libere la exportación de 9 millones de toneladas de Trigo, en vez de las 6 propuestas por el Secretario de Comercio Interior, como paso previo a la liberación total para la campaña 2012-2013.
-Se libere la exportación de Maíz de esta campaña y que la misma quede liberada para las campañas siguientes.
-Se libere la exportación de carnes y de todo el resto de los productos agropecuarios.
-Se reduzcan las retenciones a la exportación de Soja en 5 puntos por lo menos, llevándola a un máximo de 30%, y se establezca una tabla para su eliminación definitiva en 5 años, y que las mismas se tomen como pago a cuenta del impuesto a las ganancias.
-Se eliminen las retenciones al Trigo, Girasol, Maíz, Carnes y todos los productos agropecuarios.
Solo así se asegurará minimizar el impacto de esta sequía y asegurar la continuidad productiva en los próximos años sin más pérdida de productores ni de inversión en el sector.
* Técnico agropecuario