Un productor de soja con 500 hectáreas agrícolas propias que obtenga un rinde promedio de 3.200 kg/ha y venda su cosecha 2004/05 a un valor de 165 U$S/t, deberá pagar al Estado Nacional U$S 81.000 en concepto de derechos de exportación. Tal número puede estimarse por medio de una calculadora impositiva on line desarrollada por Carbap (ver www.carbap.org). Una cifra de U$S 81.000 es mucho dinero para un empresario agrícola con una escala de 500 hectáreas. Parte de dicha suma podría emplearla -en caso de no existir el derecho de exportación- en tomar coberturas en el mercado a término para mejorar el precio final de venta de su producción. Si suponemos, en función de las oportunidades de coberturas registradas en los últimos meses, que se logró fijar un precio promedio final de 170 U$S/t por medio del uso de futuros y opciones, el empresario obtendría un ingreso bruto de U$S 272.000 versus 264.000 o bien U$S 256.000, en caso de que el precio a cosecha termine siendo de 165 o de 160 U$S/t, respectivamente (ver cuadro). Con esto sería factible obtener -en el caso planteado- un ingreso extra de entre U$S 8.000 y 16.000 con una inversión no superior a los U$S 4.000 y una inmovilización financiera (margen de garantía para cubrir eventuales diferencias negativas) de U$S 8.000. Otra alternativa factible es incrementar la producción por medio de un adecuado control de la cosecha. Esto requiere la capacitación de pasantes u operarios propios para que realicen un seguimiento de la recolección de granos. Según estimaciones de Mario Bragachini, especialista del INTA Manfredi, los actuales niveles de pérdidas de soja en cosecha se ubican en torno de los 166 kg/ha, los cuales a nivel nacional representan alrededor de U$S 468 M. Si se mejorase al menos un 20% la eficiencia de cosecha (33,2 kg/ha), se podrían dejar de perder -estima Bragachini- unos U$S 93 M en la presente campaña 2004/05. Por otra parte, si el productor dispusiera de esos U$S 81.000, podría pensar también en realizar inversiones orientadas a mejorar la comercialización de su producto. Por ejemplo: comprando un calador neumático (U$S 16.500 con instalación e IVA incluido) o bien una báscula para pesar camión + acoplado (U$S 24.500 llave en mano). Tendría, además, una mayor disponibilidad para actualizar los salarios de sus empleados o para contratar servicios profesionales con más asiduidad. Todos estos beneficios ya los emplean los grandes empresarios y operadores del sector agrícola. Pero los mismos aún están muy lejos de los medianos y pequeños productores. El problema es que sin estas herramientas, en el largo plazo, su negocio no será sustentable. Y los grandes tendrán espacio para crecer y ser aún más grandes.
Ezequiel Tambornini | Especial para Infocampo