La Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper) aseguró que 2017 resultó un año “con altibajos” para el sector cuando en realidad “se perfilaba para ser un año positivo o, al menos, mejor que 2016”, a causa de las crecientes importaciones y de la suba de impuestos y costos.
A modo de balance, Capper aseguró que “hay puntos a favor y otros en contra que confluyen en un escenario de permanentes dificultades y desafíos”.
“Por un lado, el precio del capón no bajó en todo el año, lo cual no es menor, pero tampoco superó la inflación, dado que apenas creció un 4,6% entre enero y diciembre. Por su parte, el precio de los cereales también fue conveniente, con lo cual la ecuación económica no fue negativa como durante gran parte de 2016”, señaló en una editorial que publicó en su sitio web.
Paralelamente, sostuvo que “a pesar de los cuestionamientos y propuestas que vienen realizando todos los sectores productivos de la provincia, persisten las dificultades con los caminos. La infraestructura provincial sigue pegando muy duro y castiga fuerte el esfuerzo que se hace día a día para ser más eficiente”.
“Asimismo, las importaciones siguen creciendo y terminan impactando negativamente en el mercado, por factores comerciales y sanitarios. Fundamentalmente, la compra de determinados cortes como la bondiola generan distorsiones significativas, perjudicando a toda la cadena, además de que son cortes hechos con herramientas productivas diferenciales como la ractopamina, que aquí está prohibida. Al respecto, el Gobierno debería permitir competir en igualdad de condiciones con los vecinos brasileños”, remarcó.
Por último, la entidad afirmó que el peor mes del año para el sector porcino fue diciembre, “paradójicamente el mes en el que precio debería tocar su pico máximo”.
“La doble reforma tributaria -nacional y provincial- golpea duro al sector. A nivel provincial, la suba de Ingresos Brutos en un 50% es, como se dijo, fulminante. Subir de esta manera el impuesto más distorsivo de la economía es una decisión incomprensible. Mientras tanto, a nivel nacional, la baja del IVA -que debería ser beneficiosa para la cadena- perjudicará al sector primario ya que no prevé la forma para que sean devueltos los saldos a favor de IVA que se generarán por las inversiones ni por el giro comercial. Basta con ver la experiencia de la agricultura para conocer lo nefasto que ha sido esta política impositiva para un sector”, disparó.
De todos modos, celebró que hubo “condiciones económicas mejores que 2016” y “un crecimiento en producción y consumo del 8% a nivel nacional”.
“La expectativa de Capper es que el consumo se consolide y continúe creciendo, tomando más posición en la dieta diaria. Por esto y otros aspectos que favorecen al desarrollo productivo, se sigue apostando por la campaña de promoción del consumo y por el aumento de la eficiencia en cada granja”, cerró.