La sequía del otoño complicó su implantación y luego las heladas tardías de mediados de octubre a noviembre hicieron su aporte para que la producción nacional de semillas forrajeras de la campaña 2007/08 se vea menguada.
En el mundo también hay una menor oferta de materiales debido a una disminución del área por la competencia en el uso de la tierra con otros cultivos más rentables, fenómeno que algunos semilleros ya observan en la Argentina.
Con este panorama se prevén subas de precios y disponibilidad restringida en algunas especies, pero con la importación se alcanza a cubrir la demanda local, que se perfila tranquila por la desazón de los ganaderos y la incertidumbre de la lechería.
“Hay una menor cosecha a la esperada porque las heladas tardías afectaron a las gramíneas en floración y esto causó problemas para la polinización. Los cultivos más complicados son la festuca, el pasto ovillo, el raigrás perenne y el raigrás anual”, describió Juan Bologna, gerente de Investigación y Desarrollo de Barenbrug Palaversich.
Por otro lado, explicó que para las semillas forrajeras se destinan los mismos campos que para los granos y es difícil competir con su rentabilidad relativa.
“En esta campaña tuvimos que cambiar estrategias de contratos de producción, financiar insumos y pagar más”, agregó Bologna.
La demanda estuvo activa en diciembre pero ahora está muy calma, dijo el gerente de Barenbrug, y estimó que esta campaña se va a armar más tardíamente debido al efecto de la sequía actual. “Las heladas hicieron estragos en el raigrás, en el centro-sur de Buenos Aires y también en la zona de Pergamino y Chacabuco. En raigrás tetraploides se va a importar menos porque los materiales internacionales están muy caros, subieron un 20%. Hoy en Oregon, el principal productor debe valer cerca de u$s1 el kilo cuando históricamente valía u$s0,80”, sostuvo Marcos Oteiza, gerente general y socio de Alfalfares.
En el caso del raigrás diploide estimó que va a haber un poco menos. Oteiza señaló que las ventas de forrajeras vienen cayendo en los últimos tres años en el país, pero los remanentes son absorbidos por el mercado externo. Guillermo Biscayart, presidente de Biscayart Semillas Forrajeras, coincidió en que se registraron menores rindes en raigrás y estimó un 30% de suba en el precio del tetraploide y un 10% en el diploide. En tréboles dijo que la cosecha fue regular, pero también hubo una caída en el área sembrada y que la demanda es menor a la normal. En lotus indicó que se registraron pérdidas totales de producción por los problemas climáticos de los últimos 20 días y que Uruguay, que es gran proveedor de la Argentina, también está con dificultades.
La cosecha de festuca fue regular en el norte y mala en el centro y sur de Buenos Aires. Si bien la demanda es inferior a la habitual podría haber faltantes para abril o mayo. Biscayart también destacó que la demanda externa de semillas es alta y que han tenido pedidos.
La avena y el centeno son las únicas gramíneas con buena cosecha, pese a la heladas y no se esperan aumentos de precio. En avena, además, hay buen stock del año pasado, coincidieron las fuentes consultadas. En agropiro habrá que esperar a la cosecha de marzo, la sequía está complicando al cultivo, el carry over es bajo y el interés se mantiene firme para su uso en campos bajos. El panorama para la alfalfa es bueno.
“Esperamos una campaña interesante, ya cosechamos lotes en Santiago del Estero con rindes aceptables. Bajó la oferta internacional, por eso los precios se duplicaron”, resumió desde Junín, Jorge Calderón, gerente Comercial de Las Praderas Semillas Forrajeras, que concentra el 99% de su negocio en alfalfa. “Hoy como proyecto de producción conviene volcarse al mercado externo, no se sabe qué va a pasar con los tamberos y hay que mirar un mercado más estable”, sostuvo.
Alexia Giménez