Es hora de hacer números. Los productores están a punto de definir como harán el trigo este invierno. El clima es una de las variables más importantes a considerar, así como también los mercados, puesto que en función de cómo se anticipen las cotizaciones comenzará el armado de números para establecer la estructura de costos de cada planteo.
En diálogo con Juan Caporicci, Product Manager de FMC, surgen algunas aristas que bien vienen para disipar las dudas de los productores. “Vemos un poco más de previsibilidad en la campaña de trigo que en ciclo anteriores, en especial por lo climático ya que ha llovido lo necesario para encarar la siembra, y porque los mercados internacionales parece que demandarán más trigo local, en especial Brasil. Sin embargo, hay que ser claros y considerar que este ciclo también surge nuevos contratiempos como la aparición de mayor presión de malezas en el cereal que en años anteriores”, explicó.
“Hay buenas intenciones de sembrar 6,5 millones de hectáreas y creemos que están dadas las condiciones para que finalmente sea ese el número. Por otra parte, la cebada aún no está definida por temas de precios, y eso llevará a más productores a inclinarse por el trigo”, analizó Caporicci. Respecto del precio, lo consideró en un buen nivel. “Hablamos de US$ 180 a 200 que, si bien no es el máximo histórico, resulta un número interesante para armar un presupuesto”, dijo.
Ahora bien, en un escenario en el que lluvias, precios y clientes parecen relativamente definidos, empieza el armado de costos en el que la protección del cultivo cobra importancia. Los problemas de Rye Grass resistente plantean un dolor fuerte de cabeza y complican los gastos. En palabras de Caporicci, el trigo “siempre necesita de la aplicación de fungicidas, pero ahora también se ve amenazado por el control de malezas. El que tiene problemas de Rye Grass y Conyza va a gastar unos US$ 40 adicionales por hectárea. Para tener una idea antes gastaba unos US$ 30 y hoy deberá gastar entre US$ 60 y 70 por hectárea”, indicó.
Justamente, FMC está trabajando para sacar pronto a la venta un herbicida específico para Rye Grass resistente. Mientras tanto, cuenta en su portfolio con Finesse, un especialista en malezas de hoja ancha que resulta la mejor alternativa para los que quieren hacer trigo de buena calidad. “Es indispensable que el productor a la siembra piense en aplicar un buen herbicida como Finesse para tener el lote limpio unos 30 días luego de la aplicación y por supuesto que trate las semillas con un terápico como Vincit + Rovral que protege al cereal contra todas las manchas y tiene un excelente balance costo – beneficio”, recomendó.
Una vez sembrado al cultivo, lo amenazan nabos y nabones resistentes, en especial en el sur de Buenos Aires y lentamente en el norte de Buenos Airess y sudeste de Córdoba. “Desde FMC recomendamos el uso de Shark que es una alternativa de rescate de un lote con problemática de crucíferas resistentes”, continuó Caporicci, y explicó que “al cultivo de trigo se lo trata en general con herbicidas en base a ALS, y las crucíferas son resistentes”.
Por último, el gerente de Producto de FMC recordó que otro ítem que no se puede soslayar en el armado del presupuesto son los fungicidas para controlar enfermedades en la etapa de hoja bandera. “Nosotros recomendamos Rubric Max para control de machas, royas y demás. Los cultivos de trigo suelen requerir dos aplicaciones, por eso desde FMC aconsejamos usar Rubric en una de estas aplicaciones”, dijo.
La rueda vuelve a girar. Tal vez muchos se inclinen por hacer trigo. Pero el que quiera llevar adelante un cultivo de calidad tendrá que usar lápiz y papel para hacer números. Y definir el uso de productos de probada eficacia como los que provee FMC.