“Hoy es un buen día para la Agroindustria, Hoy tenemos dos buenas noticias”, dijo el ministro de la cartera, RIcardo Buryaile esta mañana. Fue en el acto de presentación de la primera vacuna aviar desarrollada en el país, y se refería, claro, a ese lanzamiento y a la apertura del mercado europeo para el biocombustible argentino que se anunció también hoy.
Esta mañana, en un acto, que tuvo lugar en el Ministerio de Agroindustria, se presentó la primera vacuna biológica desarrollada en Argentina contra la enfermedad Infecciosa de la Bursa (IBD), conocida como enfermedad de Gumboro, una enfermedad endémica en el país. Estuvieron presentes, Buryaile; el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Amadeo Nicora; autoridades de Laboratorios INMUNER S.A.; autoridades del laboratorio; técnicos; científicos; ingenieros y representantes de la cadena avícola.
Tras una investigación de veinte años, la alianza estratégica público-privada entre el INTA y Laboratorios INMUNER S.A., una PyME de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, permitió el desarrollo de esta vacuna que induce inmunidad en pollos para la prevención de la infección del virus altamente contagioso e inmunosupresor en pollos jóvenes.
El primer lote control de 500 mil vacunas aprobadas por el Senasa, que se presenta en ampollas de 2000 y 4000 dosis y que se entregan congeladas en termos con nitrógeno líquido, será comercializado por Laboratorios Inmuner y representará el cobro de regalías para el INTA.
La empresa proyecta en este mercado competitivo ventas por 10 millones de dosis a futuro, ya que todas las aves de la industria actualmente se vacunan contra esta enfermedad.
Con 35 empleados y 40 años de experiencia en el mercado, Laboratorios Inmuner se dedica al desarrollo y producción de biológicos elaborados con distintas cepas y combinaciones de antígenos, destinados a la prevención de las principales enfermedades aviarias.
“Mis felicitaciones a todos los que trabajaron durante veinte años en silencio, del laboratorio, del INTA, del Ministerio, de Ciencia y Técnica, que hacen posible que el desarrollo científico nos ponga en un pedestal de crecimiento de la producción y la tecnología”, expresó Buryaile.
“Quiero resaltar las políticas de Estado que muestran que una institución como el INTA y la interacción público privada, hacen que hoy podamos estar orgullosos de productos que se investigan”, dijo el ministro. “Argentina cuando exporta, exporta tecnología y exporta conocimiento”, agregó.
“La aplicación de esta vacuna va a un sector muy dinámico que en los últimos quince o veinte años ha crecido en la República Argentina, que es el sector de la producción aviar. Más de 50.000 puestos de trabajo directos, más de 50.000 puestos de trabajo indirecto, más de 300 millones de dólares de exportaciones, una explosión en el consumo interno que llega hoy casi a 45 kilos (consumo per cápita por año). Esto viene a reforzar la producción, y la sanidad de nuestra producción”, destacó Buryaile.
Por eso, agradeció el trabajo coordinado en interacción público privada, y felicitó a los investigadores y al INTA. “El Estado es capaz de articular estoy es capaz de ayudar a pequeñas empresas del interior del país y que generan puestos de trabajo. Hay 30 o 35 personas que trabajan en el laboratorio que hoy deben estar orgullosas de lo que están haciendo. Tenemos que sentirnos orgullosos de nuestros científicos”, valoró.
En tanto, Amadeo Nicora, presidente del INTA, señaló: “Hace veinte años, en una institución del Estado, con recursos de la sociedad argentina, se comenzó a pensar y diseñar un desarrollo científico hacia futuro y hoy, veinte años después, con una alianza con el sector privado, este desarrollo se transforma en innovación, en una innovación que va a terminar consolidando lo que nosotros decimos que es la misión fundamental del INTA que es trabajar con los conocimientos que se transformen en innovación en los territorios para apuntalar el desarrollo de nuestro país. Esa es la misión que tenemos como institución, desde todos los ángulos, en este caso desde la investigación y el desarrollo, pero también acompañado por los procesos de extensión”
“Nosotros, como INTA, somos una institución que producimos básicamente bienes públicos, en general. Ahora, en este proceso de producción de conocimiento, hay algunos que son factibles de apropiación y consideramos que es un deber ético ineludible que como Estado nos apropiemos de eso y que después generemos las instancias de vinculación que creamos necesarias para beneficiar a la sociedad”, agregó Nicora.
El presidente del INTA, reconoció “muy especialmente a las empresas del sector privado ya que sin ellas no podríamos lograr estas cosas, reconocemos la confianza de la empresa INMUNER”, remarcó.
También participaron del acto Raúl Novella, presidente de laboratorios INMUNER y Jorge Raúl Robbio, subsecretario de Estudios y Prospectiva del MINCyT.
Detalles del desarrollo
La vacuna R-VAC INMUNER IBD es un desarrollo que iniciaron investigadores del Instituto de Biotecnología (IB) del INTA Castelar hace 20 años, para en 2012 y en articulación con Inmuner, comenzar a trabajar en la obtención del producto.
Esta vacuna vectorizada por virus canarypox, cuyo vector recombinante fue desarrollado en la plataforma biotecnológica de última generación del INTA, carece de replicación viral en pollos, elimina la posibilidad de diseminación del vector en los animales vacunados, la dispersión por contacto hacia otros animales y hacia el ambiente en general.
Este avance del sistema científico y tecnológico argentino aporta protección luego de la aplicación de una única dosis al día de edad de las aves, a través de prácticas de inmunización masiva que se utilizan en la industria avícola.
Además, al ser vectorizada por virus canarypox, evita la atrofia de la bolsa de Fabricio que causan las inmunizaciones convencionales basadas en cepas vivas de virus de la enfermedad infecciosa de la bursa (IBDV). Este aspecto constituye un verdadero logro científico frente a este problema relevante en pollos de engorde y ponedoras.
Entre otras características, la inmunidad materna en pollitos BB de engorde no interfiere con la eficacia de la vacuna vectorizada por canarypox, el cual induce una muy baja respuesta inmune anti-vector.