Investigadores del INTA Bordenave obtuvieron un cultivar que se destaca por el potencial y la estabilidad del rendimiento, incluso frente a condiciones de déficit hídrico ocasionado por sequías temporales.
“Esta nueva variedad de soja fue desarrollada para adaptarse a diversos ambientes, sobre todo en aquellas zonas que poseen alguna limitante, como deficiencias nutricionales de los suelos o la presencia de sequías temporales”, expresó Fernando Giménez, especialista en mejoramiento genético del INTA.
Rosana INTA 3.9 STS, cuyo nombre es un reconocimiento a Rosana Kissner, técnica del grupo de Mejoramiento y Calidad Vegetal de la Experimental Bordenave, pertenece al grupo de madurez III y es un cultivar de ciclo largo, es tolerante a glifosato (RR) e incorpora la tolerancia a sulfonilureas (STS).
“Es recomendado en toda la franja oeste y sur de la región pampeana para siembras de primera”, señaló Giménez y agregó que “se adapta y recomienda para siembras de segunda en toda la región pampeana, debido a que posee un buen despeje entre el suelo y las vainas inferiores”.
Además de poseer una amplia adaptabilidad y estabilidad en el rinde, Rosana INTA 3.9 NTS tiene muy buen comportamiento sanitario, debido a que es tolerante al ataque de las principales enfermedades que afectan al cultivo.
“La nueva soja del INTA se destaca por el alto contenido de proteínas en el grano y, si bien, ésta no es una característica con importancia comercial, es el principal atributo nutricional del poroto de soja, lo que contribuirá a mejorar la calidad del grano a escala nacional”, aseguró Federico Moreyra, investigador del INTA Bordenave.
El nuevo cultivar fue inscripto recientemente en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (Inase) y ya se encuentra disponible para su comercialización.