Desde mediados de mayo, los productores, especialmente en el norte del país, vienen sorteando un obstáculo que les ha complicado la cosecha: la falta de combustible. En el Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero se llegó a pagar $2 el litro para conseguirlo y, en algunos casos, las estaciones de servicio fijaron cupos de carga.
¿Se trata de un problema coyuntural ante una demanda estacional o es un conflicto estructural por un déficit de inversiones ante un crecimiento constante de todos los sectores de la economía? Sobre este tema dialogaron el domingo en Infocampo Debate, Ricardo Buryaile, presidente de Confederaciones Rurales de Chaco y Formosa (Chafor); Gerardo Rabinovich, director del Departamento Técnico del Instituto de Energía General Mosconi, y Juan Carlos Bonacorsi, diputado nacional por Buenos Aires del partido Unidad Federalista.
Desde una visión técnica, Gerardo Rabinovich, sostuvo que: “Ésta es una manifestación emergente de una crisis energética por la que está atravesando la Argentina y que va a durar unos cuantos años, porque desde 1998 no se realizan inversiones en la infraestructura del sector”.
Por su parte, Bonacorsi, que integra la Comisión de Energía y Combustibles del Congreso, señaló que hay dos visiones. “Una es la del oficialismo, que cree que vive en un paraíso”, y la otra, a la cual adhiere, “remarca que faltan inversiones en el campo energético debido a que no hay seguridad jurídica ni económica. Además, cualquier inversión que se resuelva mañana tiene impacto dentro de dos o tres años”.
“Hace un año íbamos a importar 500.000 m3 de gasoil, en una semana pasamos de 500 a 600, ni siquiera hay parámetros valederos. El año pasado se anunciaron dos centrales de 800 MW , pero hoy no se dónde están. Lo único que probablemente se va a lograr es aumentar la cuota de Yacyretá. La crisis se va a acentuar y va a explotar en los próximos años”, agregó.
Desde el sector productivo, Buryaile, describió que la situación en las provincias del norte es difícil. “Para conseguir el combustible en el norte en algunos casos estamos pagando un sobreprecio en la estación de servicio y en otros están estableciendo cupos. En el Chaco se está pagando de $1,80 a $2,00 el litro y estamos terminando la cosecha de soja y con la presiembra de algodón. En Formosa tenemos un parate total, incluso en automóviles particulares. Allí tenemos cupos donde se carga por $30 y $50; entonces para poder hacer un viaje, hay que recorrer 3 o 4 estaciones de servicio. En el caso de los transportes y las maquinarias, es mucho más complicado, hay que tratar de tener un relación de amistad con el estacionero para que, cuando llega el insumo, nos provea unos 1.500 a 2.000 litros y 3.000 litros, en el mejor de los casos”.
En cuanto al futuro energético y al aporte de los biocombustibles para la solución de este problema, Buryaile calculó que la Argentina consume 12.000.000 m3 al año de gasoil, que implican 600.000 metros cúbicos de biodiésel. “En términos energéticos no es significativo, no resuelve los problemas de desabastecimiento en momentos del pico estacional y tampoco de acompañamiento del crecimiento económico”.
Rabinovich disparó algunas claves para despejar el panorama. “La Argentina tiene posibilidades de encontrar hidrocarburos en su territorio offshore (costas afueras), según estudios internacionales, sin embargo no se están haciendo exploraciones”. Al mismo tiempo, aseguró: “Lo que se necesita es una ley de hidrocarburos que el país no tiene desde la privatización de YPF, se requiere un plan exploratorio, un contrato donde se establezca la pauta de venta del producto y un plan energético que le permita a los empresarios ver, de acuerdo con las perspectivas, cómo direccionar sus opciones de inversión”.
Hacia un perfil de país importador de energía
Consultado por Infocampo, el ex secretario de Energía durante el gobierno de Fernando De la Rúa, Daniel Montamat, indicó que la Argentina produce unos 12.000.000 m3 de gasoil por año y ya tiene la capacidad de refinación saturada; es decir, que tiene que importar alrededor de 1.000.000 más de gasoil.
El ex funcionario nacional señaló que la respuesta a la pregunta de por qué no se está construyendo nueva capacidad de refinería que permita tener abastecimiento propio, dijo que nadie quiere construir infraestructura para manejar un producto que tiene precios administrados. “Me parece que la Argentina tiene que ir a un plan energético estructural para superar estas cuestiones. No puede ser que cuando el agro, un sector movilizador de la economía argentina, esté en pico de la demanda tenga recurrentemente estas escaseces”, sostuvo.
“La Argentina debió importar y no se importa porque los precios del gasoil están pisados, tiene que importar a pérdida, aún sin impuestos se pierde entre 30 y 40 centavos por litro y nadie quiere hacerlo”, agregó.
Sobre el camino de la importación de combustibles, también opinó Gerardo Rabinovich. Dijo que la Argentina es un país que tiene una tendencia en los próximos años a convertirse en un importador de energía, ya sea de petróleo o derivados, y que el estar desfasados en el mercado internacional “nos va a producir un problema cuando tengamos que importar realmente en cantidades importantes combustibles líquidos, energía eléctrica, etcétera, y tengamos el esquema de precios tan retrasado como tenemos actualmente”.
“Nosotros deberíamos transparentar los verdaderos costos para el sector energético pueda cumplir con un abastecimiento adecuado. Hoy están congeladas las renegociaciones de los contratos de las empresas proveedoras de servicios públicos”, recordó el director del Departamento Técnico del Instituto de Energía General Mosconi.
Más oferta, pero no alcanza
Según estimaciones privadas, el sector productivo argentino requiere anualmente unos 4.000 millones de litros, la tercera de la producción total.
Ante la demanda estacional, las petroleras aseguraron que en el primer cuatrimestre del año entregaron más gasoil que en igual período del año anterior. Según sus propios datos que dieron a conocer, Repsol YPF aumentó su provisión en 7%, ESSO 9% y Shell 5 por ciento. Sin embargo, esta oferta fue insuficiente ante la demanda agropecuaria e industrial, que también habría incrementado en 40% el consumo de gas.
