La vendimia 2017 va a dejar una producción de uva menguada. Cuestiones climáticas y abandono de viñedos derivaron en una caída en la cosecha que, según se estima, este año llegará a los 18 o 19 millones de quintales cuando entre 2010 y 2015, en promedio, fue de 26,5 millones de quintales. Ya en 2016, se había registrado una caída en el volumen de producción del 40%, llegando apenas a los 16 millones de quintales.
“En diciembre esperábamos 22 millones de quintales de producción pero ahora, aunque aún no finalizó la vendimia, creemos que serán 18, estimamos una caída del 25% en la cosecha de uva”, indicó Eduardo Sancho, presidente de Fecovita, la cooperativa vitivinícola argentina más grande de Latinoamérica en diálogo con Infocampo en Mendoza.
Como consecuencia de esta menor cosecha, este año será necesario importar para hacer frente a las necesidades de producción y comercialización de vino. Fundamentalmente uva tinta que es la que falta.
“Lo normal es tener cuatro meses de stock. Con 18 millones de quintales de cosecha tenemos para dos meses y medio de stock, por lo tanto va a faltar vino”, explicó Sancho.
Cabe recordar que 2016 fue el cuarto año de crisis para los productores vitícolas debido a los bajos precios obtenidos por su cosecha. En este contexto, muchos de ellos, particularmente los pequeños productores que no se encontraban dentro de formas asociativas, en cooperativas, quedaron fuera de juego.
Actualmente, el 35% de los vitivinicultores están cooperativizados, esa fue la única manera en la que han logrado sortear los vaivenes del mercado y las condiciones meteorológicas.
Por Kitty Vaquero
mvaquero@infomedia.com.ar I @kittyvaquero