El 30 de marzo de este año el científica Hualan Chen, integrante de la Harbin Veterinary Research Institute (HVRI), de la Chinese Academy of Agriculture Sciences (CAAS) publicó un estudio que demuestra que “el coronavirus 2 del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS-CoV-2) causa la enfermedad infecciosa COVID-19, que se informó por primera vez en la ciudad de china de Wuhan, en diciembre de 2019“.
La investigación de Chen fue compartida en el portal BioRxiv que maneja el Cold Spring Harbor Laboratory. Si bien los trabajos que se publican en dicho portal son preimpresiones inéditas, el trabajo de la bióloga recorrió el mundo y ha generado en pocas semanas un sin fin de comentarios de expertos colegas, y de la sociedad en general.
Según el trabajo científico de Chen: “Se cree que el SARS-CoV-2 se originó en los murciélagos; sin embargo, las fuentes intermedias del virus son completamente desconocidas. Investigamos la susceptibilidad de hurones y animales en contacto cercano con humanos al SARS-CoV-2. Descubrimos que el SARS-CoV-2 se replica mal en perros, cerdos, pollos y patos, pero de manera eficiente en hurones y gatos, a través de gotitas respiratorias. Nuestro estudio proporciona información importante sobre los animales huéspedes del SARS-CoV-2 y el manejo de animales para el control de COVID-19″.
Lo que plantea en su estudio la bióloga, contrarresta de alguna manera todo el material científico que se tiene hasta hoy en día en relación a la familia del CORONAVIRIDAE, y los géneros específicos que atacan de diferente forma, a gran parte de los animales, inclusive el hombre.
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WSAVA
Tras el revuelo generado en la comunidad científica, la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) se pronunció al respecto asegurando que “no hay evidencia de transmisión desde los animales de compañía (domésticos) a las personas”.
Uno de los puntos importantes que llevaron a la Asociación a hacer esa afirmación es que “este tipo de estudios no pueden correlacionarse directamente con lo que sucede en el campo. Lo que es más importante, todavía no sabemos si las dosis (infectantes) de SARS-CoV-2 utilizadas para iniciar infecciones primarias de gatos, hurones y perros en los estudios experimentales, se pueden alcanzar en un entorno natural, donde una persona infectada es la fuente de infección”.
Dicho en otra palabras, no se puede estimar si las dosis que Hualan Chen decidió dar a los animales para probar su teoría de contagio, podría existir realmente en la vida ordinaria.
Por último, la Asociación recordó que de todas maneras “se recomienda a las personas que saben que tienen COVID-19, minimizar el contacto directo con sus animales para evitar una posible transmisión”.
Para consultar el trabajo de Hualan Chen, hacer click AQUÍ.