El especialista en mercados ganaderos, Ignacio Iriarte analizó para la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), la situación que vive la cadena cárnica bovina, donde oferta y demanda no están en equilibrio, sino todo lo contrario, los panoramas son muy diferentes.
Iriarte sostiene que “la oferta de carne del bimestre pasado es la más alta de los últimos diez años, y encuentra al consumo y a la exportación en una situación muy diferente. Por ejemplo, la oferta del feedlot, en un 90% destinada al consumo local, es ahora muy fluida y encuentra a la demanda en su peor momento en diez años“.
¿A dónde va el consumo local?
Por un lado, “la demanda local, que ha bajado en un año de 59-60 kg a 52-54 kg per cápita, paga el ganado liviano de consumo apenas un 3-4% más que en febrero último; la cobranza está difícil y se han achicado drásticamente los márgenes de frigoríficos consumeros, matarifes y carniceros. La cobranza está muy dura y el consumo reacciona sólo ante caídas circunstanciales de la oferta, como sucedió después de las PASO; apenas la faena se regulariza, los precios vuelven al punto de partida”.
“La exportación es otro mundo: la veintena de plantas habilitadas para China ganan muy buen dinero con la vaca en cortes o en manta, y desde hace unos meses están integrando virtuosamente la Hilton ya no con Israel o Chile, sino con China, que ahora lleva cortes de la rueda o del delantero a valores que ni el consumo interno -cortes en caja- u otros mercados pueden empardar”, asegura Iriarte.
Y continúa: “La brutal devaluación del último año de nuestra moneda le ha dado una competitividad inesperada, al licuar en dólares el valor de la hacienda, la energía y los salarios. Es una época maravillosa, pero se desconfía de modo creciente que el próximo gobierno, sea a través de retenciones u otros instrumentos, quiera apropiarse de esta renta. A diferencia de la ‘década ganada’, ahora todos los frigoríficos quieren ser exportadores“.
Faena y recría
“En los primeros meses de este año la faena de ganado vacuno se ubicó bien por debajo de igual período del año anterior, lo que sugeriría que se estaba corrigiendo la incipiente tendencia a la liquidación del rodeo insinuada en los últimos meses del año pasado. Pero en estos dos últimos meses, la oferta ha tendido a recuperarse y el acumulado de enero a agosto ya muestra registros casi iguales al año anterior”, detalla el especialista.
En tanto “en julio como en agosto la oferta de hacienda ha mostrado un claro repunte con respecto a igual mes del año pasado. Esta recuperación de la oferta estaría en línea con la idea generalizada que en la ganadería argentina ha comenzado a recriarse más -y más largo- y a encerrarse menos, y que ahora empezaría a verse esto en las plantas de faena. En agosto llama la atención la suba en la oferta de novillos (+6%) y la caída muy fuerte en la de terneros (-45%) y terneras (-27%)“.
Y concluye: “Al mismo tiempo, estacionalmente se reduce la oferta de vacas, que en agosto además fue un 4,7% más baja que el año pasado. Se destaca también la fuerte suba en julio-agosto de la faena de vaquillonas, que crece un 44% con respecto al 2018. Esto puede ser la otra cara de la caída en la faena de terneras, las cuales se estarían recriando para luego encerrarse y venderse en buen número como vaquillonas tanto livianas como pesadas, estas últimas demandadas en forma creciente por la exportación, como sustituto imperfecto del novillo, cuya oferta es insuficiente en este momento para abastecer el boom exportador“.
Conclusión
Así como en el famoso cuento de “Patito Feo”, donde es joven plumífero es dejado de lado, olvidado y burlado, el consumo local espera su momento, para convertirse nuevamente en el motor de la ganadería y convertirse en un precioso cisne.