Quizás uno de los desafíos más importantes de tener una huerta no sea su instalación y puesta en marcha. Y sí sea su mantenimiento diario para lograr una óptima condición de los cultivos para que sean rendidores.
El Programa ProHuerta (Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación + INTA) presenta nueve acciones para el mantenimiento de tu huerta. Estas prácticas aseguran que el trabajo y la planificación de tu espacio sean efectivas y puedas obtener cosechas saludables y abundantes.
PASO POR PASO
- Abonar
Luego de cada temporada de cultivo, una de las principales tareas es la de abonar el sustrato. Las plantas que estuvieron creciendo en la temporada que finalizó necesitaron de un suelo fértil para desarrollarse y extrajeron nutrientes de la tierra. Mediante el abono sumamos esos nutrientes. El abonado tiene la ventaja de que se puede obtener “compostando” los restos orgánicos la huerta.
- Asociar
Asociar plantas en la huerta para que se beneficien por el espacio en que crecen, por la obtención de nutrientes o como trampas biológicas. Al asociar también favorecemos que las plantas aprovechen los nutrientes por sus raíces a diversa profundidad y no compitan. Algunas asociaciones atraen insectos benéficos o ahuyentan a los predadores naturales.
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- Rotar
La rotación de cultivos es una práctica que cuida los nutrientes del suelo. Esta acción consiste en cultivar plantas diferentes en cada temporada. Por ejemplo: Si en un cajón sembramos tomates, albahacas y cebolla de verdeo durante la primavera-verano, en la temporada de otoño-invierno sembraremos habas, repollos y puerro.
- Regar
No es una acción menor. Sobre todo en primavera y verano, es fundamental tener un riego diario y adecuado. Las mejores horas para regar son las horas en que la huerta no se encuentra expuesta a una alta radiación. El riego se debe planificar: todos los días en horarios similares, procurando realizar un riego fino y sobre el sustrato.
- Proteger
El primer horizonte del suelo es el más fértil y cuando está sin sembrar siempre debemos protegerlo del impacto de las gotas de lluvia o de la alta radiación en épocas estivales. Para esto, hay que emplear materiales biodegradables y livianos como pasto cortado, paja, aserrín, fardo de alfalfa o la viruta de madera. Esta cobertura o mantillo, como la denominan los huerteros, protege al sustrato y permite mantener la humedad haciendo más eficiente el riego. También evita el crecimiento de plantas no deseadas. Con el tiempo, el mantillo pasa a incorporarse a la tierra como abono natural.
- Aporcar
Aporcar es la acción de arrimar o acumular tierra a la base de la planta. Esta acción la realizamos para fortalecer y proteger el tallo en crecimiento. Cuando las plantas crecen en altura, muchas veces el viento las puede mover y dejar expuestas las raíces más superficiales, lo cual genera estrés para la planta y una posible deshidratación. Esta tarea es muy recomendable con tomates, pimientos, berenjenas, rabanitos y remolachas.
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- Desmalezar
Si usamos mantillo y asociamos las plantas aprovechando toda la superficie de la huerta, la tarea de quitar plantas que no son comestibles (“desmalezar”) será mínima. Atención: existen muchas plantas que pensamos que son “malas” pero, en realidad, pueden ser grandes aliados en nuestra huerta, como por ejemplo la ortiga y el diente de león. La primera es de mucha utilidad para realizar preparados biológicos y la segunda es comestible.
- Podar/Desbrotar
Son necesarias podas en las plantas aromáticas para que renueven sus hojas. La acción de desbrotar se realiza especialmente en las plantas de tomates y consiste en quitar los brotes axiales para darle más fuerza a los tallos principales y secundarios y a los frutos que estos brindarán.
- Tutorar
La acción de tutorar se realiza en las plantas que necesitan en algún momento una guía o tutor para sostener sus ramas o un apoyo para fijar sus tallos evitando que se quiebren por el peso de sus frutos. Los tutores más usados son los que se realizan con cañas secas, aunque también para maceteros o recipientes se pueden realizar estructuras metálicas fijas para usar de manera continua.