En plena pandemia, Jorge Lory, dueño de la pyme de cosechadoras de té, yerba mate y tabaco “Lory Máquinas” logró mejorar su rendimiento, aumentar exponencialmente sus ventas y ampliar su oferta exportable de productos al sector agrícola.
“Pasamos de vender solo dos máquinas en un año a vender 41 en dos”, asegura Lory, feliz por ver crecer su pyme familiar que ya tiene varias décadas de historia en su fábrica de Oberá, provincia de Misiones. El padre de Jorge Lory fue uno de los primeros pioneros que comenzó fabricando cosechadoras de té desmontables que se adaptaban a distintos modelos de tractores.
Pero nada de esto hubiera sido posible sin el trabajo sostenido de la familia y la asistencia de especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) de Misiones.
Gracias a los técnicos de la sede de Posadas del INTI, Eliana Rojas y Roberto Guidek, aplicaron distintas estrategias de tecnologías de gestión que permitieron instalar maquinaria innovadora en nuevos mercados, aumentar la capacidad operativa y el rendimiento en la planta, planificar la estrategia comercial y, fundamentalmente, crecer.
Eliana Rojas explica que “en plena crisis de ventas en 2017, ellos tenían un modelo de máquina para cosechar yerba mate que venía a reformular un sistema de cultivos tradicional y que, hasta el momento, no había salido al mercado. Nosotros los asesoramos con el plan de ventas y, para instalar el producto, generamos un evento en yerbales de la ciudad de San José que concluyó siendo un éxito: al cierre de la demostración, lograron vender 10 máquinas”.
Desafíos
A partir de ese encuentro, la empresa comenzaba un proceso de reconversión, que implicaba estandarizar los procesos de producción, conocer los tiempos de cada ciclo y buscar la manera de reducirlos, e incorporar estrategias para responder a una demanda diversa y en pleno crecimiento.
En 2020, buscaron reducir la contaminación ambiental, aumentar la productividad y la calidad con la instalación de una cámara de pintura electrostática y un lavadero industrial con sistema de absorción de aguas. Además, crearon un espacio para el sector del prototipado, usina de suplementos innovadores de diversa escala para el sector agrícola.
Los equipos de Lory Máquinas poco a poco fueron adaptados a las necesidades de grandes y pequeños productores, asistiendo al proceso de mecanización de la cosecha que sucede, sin prisa pero sin pausa, en distintas partes del globo.
Entonces: ¿También un cultivo de 400 hectáreas de té, situado en la selva amazónica ecuatoriana?
“Cuando vi el terreno y el tipo de suelo, pensé que nuestras máquinas no podían funcionar ahí tal cual las hacíamos. Pero justo en ese momento mi hijo se recibía de ingeniero electromecánico y se puso a desarrollar, junto con otros prototipos, una máquina 4×4. Así acondicionamos nuestra cosechadora para los cultivos de Ecuador, la probamos allá y quedó funcionando”, recuerda Lory.