Mientras se esperan cifras de crecimiento para la soja y el maíz 2023/24, el girasol no repetirá la sorprendente performance de la campaña pasada y desde el sector privado ya se estima una caída del 20% en el volumen cosechado para este ciclo.
En solo un año, el panorama para la oleaginosa dio un giro de 180 grados. En la campaña 2022/23, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania disparó los precios del aceite de girasol y también impulsó la siembra en Argentina.
Así, el año pasado, la cosecha de este cultivo llegó a 4,7 millones de toneladas, de acuerdo a la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Se trata del volumen más alto registrado en los últimos 24 años y se llegó a partir de un incremento en la superficie sembrada del 37% con respecto al promedio de las últimas cinco campañas.
EL GIRASOL: EL FOCO EN 2024
Pero el escenario para la actual campaña comenzó complicado. Los precios internacionales tuvieron un fuerte retroceso y además se sumaron limitantes como la falta de humedad en los perfiles en el norte del país.
¿De dónde viene y dónde se consume el girasol en Argentina?
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— BCR Mercados (@BCRmercados) January 27, 2024
De este modo, la bolsa rosarina estima ahora que con área sembrada de 1,88 millones de hectáreas –un 25% menos con respecto a la 2022/24-, la producción de girasol cerrará este año en 3,85 millones de toneladas, una caída del 20% en la comparativa interanual.
“Sin embargo, algunas estimaciones privadas parten de una menor área sembrada ajustando por tanto la estimación de producción hasta un rango de 3,3 a 3,5 millones de toneladas”, advierten.
En este punto, quedará por ver cómo juega el factor climático en los próximos meses.
La BCR calculó que, si bien el recorte en el área sembrada se dio con más fuerza en el sector norte del país, en general hubo un retroceso a nivel nacional.
Según información de la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), en el nucleo girasolero del NEA, el área cayó casi un 50%, mientras que en la zona centro, la merma fue del 40% interanual.
Por su parte, el centro y oeste bonaerense se mantuvieron estables y lograron amortiguar en parte esta caída.
Sin embargo, hay zonas donde seguirá sorprendiendo: en Córdoba, por ejemplo, la Bolsa de Cereales provincial proyecta un crecimiento de la cosecha.
“Según la primera estimación, se espera una producción de 223 mil toneladas de girasol, volumen 15% superior al alcanzado en la campaña pasada y 140 mil toneladas por encima de lo producido históricamente en Córdoba, que ronda las 79 mil toneladas”, dijo la entidad cordobesa.
QUE PASARÁ CON LA MOLIENDA
Por el lado del consumo de aceite de girasol, la BCR estimó que será superior al incremento de la producción. Esto representa que si bien el crushing tendrá una caída en relación a la campaña anterior, se mantendrá por encima de los volúmenes alcanzados en años previos.
El dato clave a tener en cuenta es que el mayor carry compensará en gran parte la caída de la producción, según la entidad.
“La oferta total de aceite de girasol se ubicaría en 1,7 millones de toneladas, con una leve retracción respecto a los 1,8 millones del año anterior, pero 15% por encima del promedio de los últimos cinco años”, destacaron.
En números, se espera que para este año se destinarán 3,6 millones de toneladas de granos a la industria aceitera. Este volumen es un 8% menor con respecto al ciclo 2022/23, pero un 11% superior con respecto al promedio de los últimos cinco años, mientras que se prevé una exportación de semilla de 180.000 toneladas para todo el ciclo.
La región Sur -que comprende el oeste, sudeste y sudoeste de Buenos Aires y La Pampa- es la principal zona productiva de girasol a nivel país. Para la presente campaña, se espera una producción de 2,68 millones de toneladas en esta región, volumen que representa el 70% de la producción nacional. En 2024, se espera que la industrialización en esta zona llegue a 1,3 millones de toneladas
Por su parte, en la región Centro – que abarca San Luis, Centro, Entre Ríos y al centro de Buenos Aires– se espera la mayor cifra de molienda, que de acuerdo a la BCR llegará a 2,1 millones de toneladas, un 60% del crushing total a nivel nacional. Por último, en el norte argentino las proyecciones indican que la industria molerá unas 200.000 toneladas.