Realizar el análisis del suelo de un campo heterogéneo para aplicar fertilizantes es un proceso costoso, dice el asesor técnico Marcos Machado.
La buena noticia es que con una herramienta de análisis de ambiente es posible llevar a cabo este proceso de forma más sencilla.
Los fertilizantes son necesarios para aumentar el rendimiento y favorecer el crecimiento y el desarrollo de las plantas.
Pero, “no existe una respuesta única para todos los casos, dado que, a veces, los cultivos se ven afectados por una sequía repentina, por una tormenta en mitad de la temporada o por algún otro factor limitante”, dice Machado.
Al respecto, agrega que, “si nos basamos únicamente en las propiedades químicas del suelo para la aplicación de fertilizantes a tasas variables, podríamos suponer que el factor limitante es siempre el contenido de nutrientes”.
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Sin embargo, el técnico indica que existen muchos otros factores, como la distribución de la humedad en el campo, que pueden afectar al rendimiento. Además, en un campo heterogéneo, cada zona puede tener su particularidad.
Respecto a estas particularidades, sostiene que las zonas de productividad muestran el nivel de fertilidad del campo en sus diferentes áreas, basadas en datos de rendimiento y del índice de vegetación.
Al conocer esa información, se puede ver qué zonas tuvieron una productividad más baja en comparación con el resto del campo e identificar así los lugares que tienen una métrica inferior a la media.
Es por esto que resulta clave entender cada sección del lote, según el NDVI y su rendimiento relativo.
Machado explica que, “si el mapa de las zonas de productividad se parece al mapa del relieve, éste afecta a las propiedades químicas, físicas y a la distribución de la humedad en el campo”. La humedad, a su vez, afecta al rendimiento.
“La mayoría de las veces no podemos hacer nada al respecto. Si la distribución de la humedad es el único factor limitante, es preciso aplicar fertilizantes”, advierte.
A su vez, el técnico cita que, si no se observa ninguna relación de las zonas de productividad con el relieve, será importante comparar las zonas de productividad con el brillo del suelo (contenido de materia orgánica).
En Argentina, en más del 80% de las tierras se aplica la siembra directa, lo cual se traduce en una dificultad para el análisis de suelo.
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Digitalización
Machado, que es gerente de producto de OneSoil para Latinoamérica, dice que OneSoil introduce en su algoritmo imágenes históricas que permiten ver momentos de suelo descubierto.
“Si el brillo del suelo, el terreno y la productividad no están relacionados, hay que analizar la acidez en un laboratorio o utilizando un peachímetro”, subraya.
Es importante ocuparse de cualquier problema de acidez antes de aplicar el fertilizante ya que, de lo contrario, es posible que las plantas no lo absorban. Por ejemplo, cuando la acidez es baja, el fósforo puede no estar disponible para las plantas.
Por último, “es preciso analizar el contenido de fósforo, potasio y otros macronutrientes y micronutrientes, sólo después de haber evaluado el campo y de haber asegurado que ni el terreno ni el contenido de nutrientes orgánicos está limitando el rendimiento, y que los niveles de acidez y salinización son aceptables”, explica.
Existen muchos factores edáficos y nutricionales que pueden llegar a afectar el rendimiento de un cultivo. En tanto, resulta clave entender cada uno de los ambientes para poder tomar la mejor decisión y armar la mejor recomendación de manejo dentro de un mismo lote.