La reciente edición de Expoagro fue una gran oportunidad para ver de primera mano cómo las empresas de insumos traducen sus desarrollos tecnológicos en soluciones concretas, para que los productores puedan revertir escenarios negativos y crecer en sus negocios.
Es el caso de la firma Kioshi Stone, enfocada en la nutrición de cultivos y corrección de suelos, que en la muestra pisaron fuerte con la incorporación de su nueva línea de microgranulados con el aporte de nanotecnología.
De este modo, a su reconocida línea MIST, sumaron dos buevas incorporaciones a la linea de Biome: los fertilizantes B-Phos 10-40 y B-Phos 15-35. En el caso del 10-40, se trata de un innovador fertilizante microgranulado, diseñado para potenciar el crecimiento y desarrollo de los cultivos de manera eficiente.
“La clave de su eficacia radica en la combinación de un enfoque nanoestructurado y una granulometría homogénea”, destacó Gabriel Lema, presidente de la empresa.
LAS VENTAJAS DE LAS NANOPARTÍCULAS
El directivo explico que la nanoestructura se logra mediante el empleo de nanopartículas. De este manera, se optimiza la superficie de contacto entre el fertilizante y las raíces de los cultivos y mejora la absorción de nutrientes.
“Además, la nanoescala permite una liberación controlada de los elementos esenciales, maximizando su disponibilidad para las plantas”, remarcó.
En paralelo, un dato a tener en cuenta es que la granulometría uniforme garantiza una aplicación consistente y una distribución equitativa en el suelo. Como todos los granos presentan la misma composición, se asegura una distribución uniforme de nutrientes esenciales, como nitrógeno y fósforo, además de otros como zinc, magnesio, silicio y molibdeno.
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EL DESAFIO DE MEJORAR LOTES DE BAJA CALIDAD
Entre su amplia gama de productos, en Kioshi cuentan con un as bajo la manga para mejorar la productividad en suelos de baja calidad. Se trata de la línea TPS, que incluye una serie de productos para trabajar en campos con limitaciones.
Lema ejemplificó este escenario con el ejemplo de un productor ganadero que necesita generar recurso forrajero, pero cuenta con suelos de baja calidad y no puede implementar una pastura. Aquí entra en juego la línea de productos de conservación de suelos.
“En esos ambientes se puede trabajar tranquilamente con dosis muy amigables de 3 a 6 litros en dos momentos de aplicación”, sostuvo.
Y agregó: “De este modo, empieza a tener la posibilidad de contar un recurso forrajero, de poner en producción y en kilos de carne sitios donde no es posible trabajar”.
En este sentido, reconoció que si bien el clima puede condicionar decisiones de manejo, los productores van implementando un mayor uso de tecnología con el correr de las campañas.