La mayoría de los lesionados fueron atendidos en el consultorio médico del complejo mientras que, un adolescente fue derivado al Hospital de Niños Victor J. Vilela donde se sometió a una cirugía en el dedo meñique. La playa, colmada de gente, mantuvo el domingo una bandera amarilla en señal de precaución.
Los ataques ocurrieron el sábado, cerca del mediodía, cuando la playa estaba llena de personas que llegaron buscando un refugio para mitigar el calor. El jefe de guardavidas del balneario, Leo Manino, confirmó que hubo unas cinco personas que tuvieron que ser asistidas por el personal del consultorio médico de la playa.
“Las mordeduras ocurrieron en el sector norte del balneario, lo que obligó a activar un protocolo de precaución, retirando a la gente del agua y colocando una bandera roja en la zona”, aseguró Manino.
Por qué ocurren los ataques
En las costas del Paraná es habitual que cada verano se reporten mordeduras en los bañistas, y en ciertas ocasiones se producen ataques de cardúmenes de palometas que terminan con muchas personas heridas.
“El sistema hídrico del Paraná no es un cajón perfecto, sino una gran esponja que se infla y desinfla. Los desbordes de lagunas se quedan sin oxígeno y especies menores salen de esas aguas y van a los grandes ríos“, explicó Wilmar Merino, periodista de la revista Weekend.
En el Paraná viven tres especies de palometas, que son de la misma familia que las pirañas del Amazonas y otros ríos de Sudamérica. Estos peces viven en el río durante todo el año, principalmente en las zonas calmas y con mucha vegetación.
Según explican los especialistas, los ataques no tienen que ver con la necesidad de alimentarse, sino con un aceleramiento del metabolismo de esa especie debido al calor extremo, así como también a comportamientos relacionados con la defensa del territorio.