La Aduana de San Lorenzo involucra a las terminales granarias de Vicentín, ACA, Toepfer, Cargill, Terminal 6 y la ex La Plata Cereal, así como a las petroquímicas de Esso e YPF entre otras y a Minera Alumbrera, entre las principales.
Llama la atención sobre las debilidades en el control de las operaciones de exportación. Por ejemplo, a fojas 29 menciona que âla mayoría de las balanzas se encontraban sin certificación por el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial)â, en tanto que âlas balanzas, propiedad de las terminales, se encuentran ubicadas en el muelle de carga, alejadas de la dependencia aduanera y son accionadas por el personal de la terminalâ.
Lo que es peor, âdurante la visita efectuada por esta auditoría no pudo constatarse la presencia de personal aduanero en el moento de pesaje de las mercaderías efectuado por personal de las terminalesâ.
Palabra más palabra menos, lo que está diciendo la AGN es que la fiscalización de los datos brindados por los privados no es buena. Al respecto, un hecho que marcan los auditores es la debilidad en los controles del calado de los buques que salen con mercadería argentina.
âNo hay medios propios para el control de la medición de caladoâ, escriben los auditores. âSe realiza con embarcaciones alquiladas de terceros o de servicios de contgrol privados, lo que debilita la confidencialidad de la operación planeada por el administrador, pudiendo afectar la efectividad de la medida de controlâ, concluye.
Otro aspecto no menor es que no existía al momento de la auditoría una red de comunicación electrónica (e mail o intranet) entre los puestos aduaneros de las 16 terminales y muelles privados, distribuidos a lo largo de los 14,5 km de la Aduana de San Lorenzo.