Entre Ríos reportó cosechas en la campaña 2003/2004 por 2.190.806 t con un rinde promedio de 1.927 kg/ha sobre 1.141.200 hectáreas sembradas. Al valor de mercado estaríamos hablando de una facturación de $1.062.540.910, bastante inferior a un año atrás: $1.533.564.200.
Estamos en presencia de un serio problema económico que trasciende el sector productivo entrerriano por varias razones: se producirá una merma en el rendimiento de los lotes por la aparición de la roya en esta nueva campaña. Además se da en forma combinada con el aumento de los costos de producción por las fumigaciones preventivas.
Por otro lado, sigue la presencia permanente y distorsionante de las retenciones que hace la Nación. Y por último, la disminución de los precios de mercado.
De este modo, la ecuación económica para los productores varía fuertemente en sentido negativo y ni qué hablar para los que arriendan, que con este horizonte seguramente bajarán su oferta a los propietarios.
Según los informes que han elaborado los técnicos del INTA y que he tenido a la vista en la campaña anterior, hubo roya en trece de los diecisiete departamentos de Entre Ríos.
El primer caso fue detectado en La Paz el 24 de abril de 2004 cerca de Colonia La Providencia; afortunadamente se dio en forma tardía y esto no afectó fuertemente a la producción, pero no se puede esperar lo mismo para esta campaña. Yo vengo alertando sobre la magnitud de este problema que trasciende las tranqueras y puede terminar como tantas veces en los pasillos de la Casa de Gobierno.
Los elementos que tenemos a la vista son concurrentes: no hay horizonte de suba en el precio de la soja que es un 30% menos que el de la campaña anterior, han aparecido costos mayores por las fumigaciones preventivas y el aumento de varios insumos básicos para este cultivo; habrá menores rendimientos por la presencia de la roya; los arrendamientos que no se podrán realizar por el aumento de los costos y que no dejarán renta a sus propietarios; las retenciones que no van a ser modificadas por el Gobierno nacional; todo esto genera un cóctel que va a terminar en una baja de la actividad económica y luego en la recaudación impositiva.
Si bien es cierto que todo esto corresponde a un sector que ha tenido fuertes excedentes en los últimos tiempos, la experiencia de gobierno me permite razonar que con todos estos elementos en juego no va a pasar mucho tiempo para que el problema se traslade a la agenda del gobernador; pero no para ver de qué manera el agro contribuye al desarrollo de Entre Ríos, sino para solicitar por enésima vez la emergencia agropecuaria de turno que es el resultado menos esperado, especialmente para el hombre de campo que aún en las mas difíciles le ha puesto el pecho a la adversidad.
Si visualizamos el problema con anterioridad es posible que podamos tomar previsiones y que las expresemos inclusive en el Presupuesto 2005 que ingresará en los próximos días a la Legislatura; éste ya tiene otras cargas fuertes como los vencimientos de la deuda pública pero igualmente tendremos que ajustarnos a rajatabla como dice el gobernador y no gastar más plata de la que realmente respaldan los recursos; de todos modos yo insisto en poner especial atención en este problema que puede resultar de una gravedad inesperada para la economía entrerriana por la potencialidad del daño a producir y el quiebre de la ecuación de rentabilidad para los productores que apuesten a la soja.
Por Victorio Firpo
Senador provincial
(PJ-Entre Ríos)
Especial para Infocampo