La hacienda bovina y la carne en los mostradores constituyen uno de los escasos ítems de la economía que en el último año registraron subas por debajo de la inflación. Esta situación repercute de lleno en la cadena, que en ambas puntas del negocio atraviesa un escenario complejo.
Por el lado de los criadores, la cotización de los livianos -que supo ser la reserva de inversores y agricultores con excedentes de liquidez- no repunta. En el otro extremo de la cadena, los consumidores perdieron buena parte de su poder adquisitivo en manos de una inflación que no perdona.
En este río revuelto, los feedloteros recuperaron algo de rentabilidad, pero luego del pico de llenado de corrales del mes en curso -a partir de la salida adelantada de hacienda por la seca– comenzaron la fase de vaciado. Esto se traducirá en una mayor oferta de carne disponible para el mercado y un horizonte de precios sin reacomodamiento para la hacienda de consumo.
En diálogo con Infocampo, Raúl Milano, director ejecutivo del Mercado Rosario Ganadero (Rosgan), analizó estas variables y anticipó como será el negocio para los criadores en el segundo semestre de 2023.
-En el cierre del primer semestre de 2023, ¿cómo miden el impacto de la sequía en la producción ganadera?
-Fueron tres años tremendos desde el punto de vista de la producción, cuando tenemos que empezar a definir un valor a la invernada sabemos que el próximo año habrá un millón menos de cabezas de terneros por distintas variables, como por ejemplo la caída en los índices de preñez. Además, sabemos que un 40% de las pasturas a nivel nacional se han deteriorado y también que hay una salida adelantada de hacienda, tanto de la invernada como de vacas, a partir de un proceso de descapitalización por parte de los productores.
-Las últimas lluvias, ¿representaron una vuelta de página?
-Si bien no llegaron a revertir el golpe que asestó la sequía, permitieron al menos vislumbrar una recuperación de los verdeos de cara a la próxima primavera. Esto significa que a partir de una mejora en la disponibilidad forrajera, comenzará a recomponerse la intención de compra de la hacienda, porque los productores tendrán campo para sostener sus planteles.
-En este contexto, ¿qué ocurrió con las cotizaciones de los vientres y el resto de las categorías?
-Los precios tuvieron una fuerte caída, un 40% en términos reales frente a una inflación superior al 108%. Hoy, el ternero se vende a precios similares del año pasado, situación que también se extiende al consumo. Es una situación compleja, pero es uno de los saldos negativos que nos dejó la sequía. Según nuestras estadísticas, en los últimos 12 meses el precio del novillo aumentó 59%, los novillitos 56%, las vaquillonas 53% y las vacas, en promedio, registraron un incremento del 21% interanual, contra una inflación que trepó al 114%.
-¿Qué pasó con la invernada como reserva de valor?
-La seca tuvo otros impactos adicionales. En el caso de la invernada, había un actor que apareció hace algunos años, que era el productor agrícola y cuando la cosecha iba bien y se generaban excedentes, algo de hacienda compraba, eso ahora desapareció. Ese actor le daba un plus a los precios, el valor de los terneros livianos siempre debería ser un 15% superior en relación al gordo y hemos llegado a estar hasta un 30% más caro. Pero la coyuntura económica nos impactó de lleno y la foto de este momento nos muestra que estamos casi empatados.
-Con estos antecedentes, ¿qué esperan para el resto del año?
-Al momento de trazar perspectivas, hay que tener en cuenta otro factor: en un mercado que destina el 70% de la faena al consumo interno, el poder adquisitivo del salario se pulverizó con la inflación. Esto significa que el consumo sigue estando y hasta aumentó algunos kilos, pero con una carne mucho más barata, porque hace ocho meses que no aumenta. No hay manera de pensar que habrá grandes movimientos en los ingresos de la población, más allá del año electoral.
-¿Esperan algún movimiento fuerte en los precios para los próximos meses?
-Todo esto hace pensar que no será fácil que haya grandes saltos en el precio de la hacienda. En este momento hay una gran oferta a nivel interno y la demanda china ha ido bajando sus valores, pero seguramente el segundo semestre sea mejor que el primero.