Así como Argentina está familiarizada con la producción de vino de variedad malbec o la identidad del torrontés, en Uruguay la uva protagonista de la vitivinicultura es la tannat.
Los departamentos del vecino país donde se concentra la producción son principalmente Montevideo y Canelones, en el centro sur del país, muy cerca de la ciudad capital y, consecuentemente, de la mano de obra necesaria para trabajar en las fincas y realizar la producción en bodegas, en tiempo de vendimia.
Pero algo parece estar cambiando en suelo charrúa, en materia de vino: al tannat le salió una variedad competidora que busca sintonizar mejor con las nuevas tendencias de mercado y el público joven. Se trata de la variedad albariño, blanca, que mostró grandes adaptaciones a los suelos de la región.
La albariño es originaria de la península ibérica
También, se observa un corrimiento geográfico de muchos viñedos hacia el departamento de Maldonado, en una búsqueda de terroirs que aporten algo de mar, salitre y menores temperaturas.
EL VINO EN URUGUAY: DE TANNAT A ALBARIÑO
“El hecho de que sea siempre el tannat la uva protagonista, está cambiando. Es nuestra variedad emblemática, por supuesto, porque presenta gran adaptación a las condiciones agroclimáticas y también de suelos del país. Pero sin embargo pusimos una cantidad de variedades de muy buena calidad, como lo es la albariño”, expresó en diálogo con Infocampo Mercedes Fourment, docente de la Universidad de la República.
Fourment, ingeniera agrónoma de profesión y graduada de la misma casa de estudios, participó en el mes de noviembre del Congreso Internacional del Terroir que se llevó a cabo en Mendoza. Allí disertó sobre la actualidad del vino uruguayo y reveló por qué la albariño pica en punta hoy en día entre los vinos de tendencia en Uruguay.
“Esta uva blanca está siendo impulsada y es muy aceptada por los productores y los enólogos. Crece año a año en cantidad de superficie plantada y también en vinos producidos. Es algo promisorio, pero tiene características muy resistentes a los cambios de clima”, destacó.
La albariño es una variedad cuya historia está relacionada a los terroirs de Galicia, en España, pero también del norte portugués.
Se lleva bien con suelos húmedos y eso es algo que tiene gran importancia en la producción de Uruguay, pero a la vez le da un buen margen de maniobra para los productores en materia de rendimientos: combina buena performance cuantitativas, y de buenos resultados enológicos.
“Se destaca por los niveles de acidez y sus aromas”, detalló Fourment. Esto va de la mano con tendencias de consumo que se observan en Uruguay, pero también en Argentina y en varias partes del mundo, como el pedido de una mayor refrescancia de los vinos y menor participación de la madera.
“Hay un aumento en el consumo del vino blanco y del vino rosado. También del rosado de calidad. Y eso se debe sobre todo a un público joven que busca la frescura, menos alcohol, disfrutar con amigos”, explicó sobre los consumidores uruguayos.
La tendencia también es observada desde el sector cooperativo. El presidente de la CAF, Cooperativas Agrarias Federadas de Uruguay, Pablo Perdomo, contó que dentro de la composición de la organización asociativista también analizan seguir estos pasos.
“Nosotros tenemos una cooperativa (NdR: CAVA, la Cooperativa Agraria de Viticultores Asociados) que está tratando de hacer algún acuerdo con cooperativas españolas, ya hubo reuniones para ver si se puede avanzar”, detalló Perdomo.
En la producción de albariño, destacó el trabajo que realizan por estos tiempos las bodegas Garzón y Cerro del Toro.
CAMBIOS EN LA PRODUCCIÓN
Fourment también analizó el movimiento productivo desde los departamentos centrales del país hacia la zona costera.
“Hay una tendencia actual de que las regiones vitivinícolas están teniendo cierta transición hacia la región costera más atlántica, y eso se debe a que, por un lado, el clima es más fresco porque el océano le imprime al lugar mayor frescura. Pero además son suelos más livianos, más superficiales, que hacen que las plantas tengan menos vigor”, señaló la agrónoma.
“El vino uruguayo está en una situación que es muy buena a nivel de calidad. Nuestras bodegas están produciendo vinos de muy buena calidad que se exportan, aunque el sector está disminuyendo un poco la superficie plantada y se está perdiendo un poco la participación de los productores pequeños”, alertó.
Fourment en una finca comercial del departamento de Maldonado
“Creo que son muchos factores que están provocando esa situación: a nivel económico hay algunos productores a los que se les está haciendo difícil también la rentabilidad de los viñedos. También hay un problema que se da en varias producciones intensivas, que es que no hay relevo generacional”, explicó.
Entre las causas de este tipo de problemas, aparecen la complejidad a la hora de realizar un traspaso generacional. “Cuando el productor empieza a envejecer y sus hijos que conocen cómo es el medio productivo se van a estudiar a la ciudad, y no vuelven, luego no tienen realmente quién siga con las quintas y los viñedos”, cerró Fourment.
