Yuyo Colorado y Rama Negra tranquilamente podrían ser los nombres de dos protagonistas de la famosa saga “Piratas del Caribe”, pero en realidad son los actores principales de las pesadillas de los productores argentinos.
Son las malezas que más dolores de cabezas trae para los productores de soja, no sólo por su acción biológica, sino también por las resistencias que han ido acumulando en el tiempo. Por ello evitar aplicar herbicidas que provengan de la familia de los PPO, o rotar los principios activos se ha vuelto una necesidad.
Con esta premisa en la cabeza, el ingeniero agrónomo y asesor Bernardo Porta se propuso un desafío para esta campaña: no aplicar herbicidas que contengan PPO con el fin de rotar modos de acción y prevenir las resistencias.
“Buscaba un preemergente o una alternativa de herbicida que nos saque de la familia de los PPO. Encontré en el portfolio de UPL un herbicida llamado Tripzin, un producto residual pre-emergente para el control de malezas difíciles de hoja ancha y gramíneas anuales que combina Pendimetalin con Metribuzin, dos principios activos que no tienen vínculo con esta familia química que hoy es la más usada en preemergencia para soja”, relata Porta.
¿El resultado? Le permitió a la soja de ese lote cerrar el surco sin tener que volver a aplicar.
“Veníamos viendo residualidades cortas, sobre todo en gramíneas, por eso hicimos esta aplicación en pre-siembra. Afortunadamente, al quinto día de haber aplicado tuvimos lluvias de 50 mm que se complementaron con otros 100 mm entre fines de diciembre y enero. Eso le permitió al cultivo crecer sin problemas y cerrar el surco controlando las malezas sin tener que volver a entrar con productos al lote. No solo redujimos costos sino también evitamos fitotoxicidades y otras cuestiones que nos tocaría resolver si hubiésemos tenido que aplicar herbicidas más de una vez en ese lote”, afirma el asesor.
A partir de la decisión y los resultados, Porta pregona premisas básicas para evitar las resistencias: “Lo principal es respetar la dosis de marbete, seguido por una mirada que apunte a rotar modos de acción, algo que desde hace tiempo decidió respetar al 100%. Además, agregan cultivos de cobertura, como una metodología biológica que aporta a controlar las malezas”.