Duro, muy duro. Neoliberalismo en estado puro, desde el principio al fin. No pudo el presidente de la rural, no le sale -aunque sea- disimular ese aire de salvadores de la patria en beneficio propio, que ha impregnado todo el discurso ruralista desde su misma fundación.
Sin la más mínima autocrítica -que tanto reclaman al gobierno-, empezó el discurso haciendo demagogia barata, con la tragedia de once y se olvidó de la participación decisiva, militante, emblemática, de la Rural y sus dirigentes en las privatizaciones de los ferrocarriles, de la década del noventa. Un discurso muy difícil de “comprar” fuera de los 10000 grandes productores que componen el staff ruralista general y las empresas que le brindan servicios o les venden insumos.
La base electoral de la derecha dura argentina, sea del PRO, más los PJ y los Aguad, dieron el sí total en el palco. Pero lo que expresó Luis M Echeverre, no contiene, ni interpela siquiera, a toda la oposición electoral del país. No creo,… quiero creer que ni el PS, el Alfonsinismo, PSur o el Gen, puedan sentir simpatías por semejantes definiciones políticas. No tuvieron ni la gentileza, ni la astucia de reparar siquiera en el detalle de que en el video de presentación se refieren solamente a los “productores medianos y grandes”; ni en las formas, cuidaron sus objetivos de más producción con menos productores. Pero qué hacía Buzzi allí, qué hacía escuchando y elogiando la negación misma de los principios e intereses federados para los que fue elegido. Inexplicable.
Ni una sola propuesta, nada sólo la vieja y remanida retahíla de volver a los mercados, a la libertad económica, basta de regulaciones, basta de retenciones, cero Estado, y así llegaremos a las 150.000.000 tn, sin productores, sin interior, con un federalismo de formas, y por supuesto sin burguesía nacional chacarera; retrotraen el debate agrario al siglo XVII, a los fisiócratas, pregonado una libertad económica abstracta, que nunca dicen en qué países se aplica. Qué hacía allí Coninagro, receptor de porcentajes cada vez mayores de la torta exportadora de granos, con líneas de crédito, varias veces millonarias a tasa subsidiada para sus cooperativas. Inexplicable. No logro entender cómo buena parte de la dirigencia gremial agraria ha comprado un anti K bobo, que los lleva a hacer y decir cosas contra sus propios intereses.
Por último, la mesa de enlace -la bendita mesa de enlace- pasó de ser una coordinación táctica para conducir un conflicto impositivo (que apoyé), a pata gremial y vocera agraria de la derecha dura argentina (que combato). Si había alguna duda, hoy, inaugurando la rural y avalando el neoliberalismo agrario más cipayo de la última década, deberían disiparse y los que las tenían, pueden ir sacándoselas.
Necesitamos reconstruir la unidad política de los sectores agrarios que tengan contradicciones objetivas con la concentración de tierras y rentas. Hace falta unidad, no es tarea fácil oponerse a estos “monstruos” económicos, es de todos y con todos, porque neoliberalismo -residual o expreso- hay en todos lados. Hay que recrear un espacio de agricultura democrática, al servicio del pueblo, de la soberanía y seguridad alimentaria de la nación, que cierre el conflicto de la 125 y habrá una nueva etapa en la política agraria.
Por Pedro Peretti. Dirigente de Federación Agraria