Con la apertura hace unos meses de la oficina comercial en Mendoza, Australia busca llegar al corazón viñatero argentino. Dicen que la conexión entre ambos países es “obvia” y que por ser muy similares tienen más de complementarios que de competitivos.
La oficina comercial de Australia en Buenos Aires realizó, entre el 10 y 11 de mayo, y por tercer año consecutivo, el festival para darse a conocer en nuestro país. Turismo, cultura, negocios, y educación son algunos de los sectores representados en este encuentro.
Los expositores reconocen que es la oportunidad que tienen las empresas y universidades del país oceánico de mostrarse ante el público argentino. Es un conocimiento mutuo que sirve tanto para que los argentinos sepan más de Australia como para que los australianos conozcan de la Argentina.
“La Vitivinicultura es un vínculo obvio entre Australia y Mendoza”, explica la asesora comercial en Mendoza para Austrade (Oficina Comercial), Déborah Monteith. “Australia ha adaptado tecnología a las condiciones del Hemisferio Sur que se pueden aplicar en Mendoza. Por ejemplo, hay una levadura para la elaboración de vinos australiana, que se vende en todo el mundo pero anda particularmente bien en Mendoza y San Juan”.
“No estamos diciendo que la Argentina necesita tecnología porque no la tiene, sino que se pueden hacer adaptaciones”, indica Monteith. Dice que puede haber un aporte de los desarrollos en esquila y clasificación de alpacas australianas en la industria del guanaco argentina.
Al ser consultada sobre la razón de establecerse en Mendoza, Monteith explica que “hay muchos contactos que se pueden hacer desde Buenos Aires pero en vitivinicultura lo más importante ocurre en la región de Cuyo”. “En vitivinicultura, hay que estar en Mendoza”, enfatiza.
Complementariedad. Austrade no trabaja de manera sectorizada. La idea de la oficina comercial es establecer lazos entre las distintas disciplinas y sectores, como pueden ser educación y agricultura. “Yo estoy tratando de hablar con las bodegas y universidades de Mendoza para promover los cursos de vitivinicultura que tiene Australia”, explica Monteith, quien reconoce que ha tenido contactos con algunas bodegas que ya han viajado a Australia y consultaron en la oficina por los programas que podían desarrollarse. En este sentido, existe la posibilidad de hacer una misión comercial inversa, de empresarios australianos vinculados con vitivinicultura que irían a Mendoza en julio.
La propuesta de la oficina comercial de Australia es intercambiar genética animal (bovina, ovina y caprina) y vegetal (pasturas).
Asimismo, una comitiva participará a fin de mes en el Congreso Mundial de Semillas en Santiago de Chile.
Juan Ignacio Martinez Dodda |
