La soja tiene “caras y cecas”, también “claros y oscuros” en plena zona central del país. La sequía y la falta de humedad hizo estragos. Se trata de un momento delicado para muchas zonas, de acuerdo a lo que reporta la Bolsa de Comercio rosarina.
En estos ambientes más afectadas, hay preponderancia de cuadros regulares y malos. Allí, advierten los asesores técnicos, hay graves riesgos productivos, si no reciben acumulados importantes.
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“Los técnicos dicen que los rindes pueden desplomarse ante un escenario de escasez en la segunda quincena de febrero. El estado de reservas del suelo para la región núcleo refleja estas dos realidades opuestas y casi podría decirse que es un mapa de rindes de la oleaginosa de primera”, espicifica la entidad.
La cara crítica
Las áreas con escasez y sequía representan, actualmente, un 60% de la región. Esta zona abarca a parte del norte bonaerense, centro sur santafecino y el centro este cordobés. En esta zona se estima pérdidas de rindes del orden del 30%, “pérdidas irrecuperables”, advierten los ingenieros del área.
Sin embargo, en estas mismas regiones, el cultivo puede seguir perdiendo.
En Marcos Juárez (Córdoba), el 30% de los cuadros están regulares a malos. Desde Colón (Buenos Aires) advierten que la zona está muy seca, si no llueve en estos días habrá pérdidas muy importantes. En ese contexto, el 40% de los cuadros están en estado regular a causa de la sequía y arañuela. En Cañada Rosquín (Santa Fe) debería llover todas las semanas para mantener las expectativas actuales de rinde, sino se van a desplomar, dicen.
Pensando en la soja de segunda y en áreas dónde el deterioro de los cuadros no fue tan importante, los cuadros aprovecharon los últimos eventos de lluvias mejor que las siembras de primera.
Al estar en estados vegetativos, la respuesta y la posibilidad de recuperar lo perdido son mejores. Desde Carlos Pellegrini (Santa Fe) dicen que las sojas de segunda podrían rendir igual o mejor que las de primera si las condiciones climáticas no desmejoran.
Soja de 2° después de trigo de 59 qq, luego de 45 mm de la semana anterior vuelve a tener estrés hídrico, por más que el suelo es clase 1 si no hay capilaridad por la napa, se complica!!! pic.twitter.com/3vf26m3i7p
— Eduardo Farías (@edufarias68) February 10, 2022
La Niña no se va
Había consenso de los organismos que monitorean el fenómeno del Niño en el Pacífico: proyectaban un ascenso de los valores y transición hacia la neutralidad prontamente. Pero no, “la publicación del último Índice Oceánico Niño muestra que la anomalía de la temperatura superficial se mantuvo sin cambios respecto del mes pasado”, indican en la Bolsa.
Al respecto, explica Alfredo Elorriaga, del departamento de agrometeorología de la Bolsa, es que los índices de enero sobre el evento retoman la tendencia que tuvo en el 2021, año en que fallaron las lluvias de la segunda quincena de febrero y primera de marzo.
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Lo preocupante es que estos índices actuales coinciden con el de enero del 2018, año de la última gran sequía, con todos los temores que eso implica.
El fenómeno La Niña, por el momento, continuará presente hasta el mes de abril. Seguirá siendo un condicionante de la circulación atmosférica que puede volver a afectar de manera negativa la oferta de agua, señalan los especialistas.