Es un gramínea estival, que tiene la característica de ser una especie forrajera. Produce un volumen de forraje interesante y de calidad aceptable.
Es la forrajera de verano que tradicionalmente ha sido utilizada como forraje conservado, principalmente en forma de heno, en sistemas de producción de leche y de carne. Es un excelente forraje para ser utilizado como heno en todos los sistemas productivos de leche y carne. Puede ser pastoreados a partir de 35-45 días de la siembra.
Juan Mattera, investigador del INTA Pergamino comentó que “es una especie que desde el INTA Pergamino ya se trabaja hace muchos años, realizando mediante un programa mejoramiento genético donde se han liberado distintos cultivares. Es un cultivo de oportunidad ya que tiene un ciclo muy corto de producción”
Especialistas dicen que utilizándolo estratégicamente , se logra obtener en muy poco tiempo un buen volumen de forraje. Puede servir para complementar el sistema de producción o en los casos donde se quiera producir por necesidad forraje rápidamente.
“Desde hace tres años hacemos ensayos en distintas localidades, en el norte de la provincia de Buenos Aires, en el sur y centro de Santa Fe y Entre ríos, evaluando un poco las distintas practicas de manejo, como se comporta en los diversos ambientes. Por ahora obtuvimos resultados favorables” aseguró Mattera.
A la hora de la producción, es importante la variedad de Moha a utilizar. Las principales diferencias es que varia la longitud de los ciclos y el potencial productivo .“Es una variable a manejar” dijo el investigador.
Aseguran que la fertilización nitrogenada es clave. No requiere tanta cantidad de nitrógeno pero si se observó una buena respuesta ante fertilizaciones moderadas.
En cuanto a la calidad, es un cultivo de calidad intermedia. Depende del momento en que se realice el corte “la recomendación es hacer el corte del cultivo cuando esta en estado de panojamiento. Allí se combina una buena producción y una calidad aceptable intermedia” dijo Mattera.
Los mayores valores de proteína bruta (19 a 25%) se presentan en la fase de estado vegetativo, seguido por un decrecimiento durante el pasaje reproductivo, hasta alcanzar en los estados de pre-panojamiento e inicio de panojamiento valores de entre el 11 y el 13% y, en la etapa grano lechoso, entre el 7 y el 10%, compatible con lo requerido en un forraje conservado esencialmente energético.
La siembra comienza a partir de Octubre (fechas tempranas). Es sensible a heladas por lo tanto la fecha óptima recomendada es alrededor de Noviembre. Además es un cultivo de mucha plasticidad para determinar el momento de siembra y se lo puede introducir en las rotaciones.
Se recomienda una densidad que varía entre 25-30 kg/ha y una profundidad de 2-3 cm en siembra directa, y 15-20 kg /ha a 3-4 cm en siembra convencional. Generalmente se comporta mejor en siembras en hileras a 15-23 cm con sembradora común de granos finos.
El ciclo a cosecha de forraje varía entre 50 y 80 días dependiendo del estado fenológico considerado, floreciendo a los 60-70 días de la siembra. Esto dependerá del cultivar, la época de implante, el clima y el manejo.