“En el mercado de Chicago vamos a un valor de la soja y el maíz entre u$s 70 y u$s 90 más bajo, si Estados Unidos hace lo que dijo el USDA”, planteó el analista agropecuario Enrique Erize ante el público que se acercó al salón de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, sede de una nueva edición de “Agrotendencias”.
Erize apuntaló su estimación sobre los precios de la cosecha gruesa en base a tres variables que en suma pueden hacer que el stock global de granos sea abundante e impulse las cotizaciones a la baja.
La primera tiene que ver con la posibilidad concreta de que Argentina recupere un buen nivel productivo gracias a la llegada de un efecto “Niño”, algo en lo que las estimaciones climáticas coinciden en un alto porcentaje.
De hecho, un reciente informe de uno de los organismos internacionales más prestigiosos planteó que la probabilidad de que ese efecto se presente hacia el segundo semestre supera el 90%.
La otra de las condiciones tiene que ver con Brasil, cuya producción de granos no para de crecer. “Podemos considerar que el país vecino repetirá en la campaña próxima la excelente performance que lograron en estos últimos meses”, opinó.
Y por último, el factor Estados Unidos: en ese país el USDA viene de anunciar que la soja y el maíz de la temporada 2022/23 conseguirá 27 y 37 millones de toneladas respectivamente. Pero la cifra actual contrasta con lo estimado para la campaña venidera, de la cual se esperan conseguir 48 y 54 millones de toneladas respectivamente.
“Ya han sembrado en tiempo y forma”, acotó la analista Paulina Lescano, otra de las oradoras presentes en Agrotendencias.
Por eso, la lupa de Erize está puesta en un “inconveniente” que pueda haber en la producción estadounidense. “Todos sabemos que julio es el mes clave para ellos, en el que pueden darse olas de calor muy importantes. Quienes vayan a misa el domingo deberían pedir que allí les aparezca un problema”, ironizó Erize.
BRASIL: “UNA PESADILLA”
Para Erize el rol brasileño a la hora de la exportación de granos pasó a ser una verdadera “pesadilla” para los productores e industriales argentinos. El país vecino ya superó recientemente a Estados Unidos en materia de exportación de maíz, un producto en el cual el país del norte siempre pisó fuerte.
“Brasil también está imparable como productor de soja, ya lo pasó hace rato a Estados Unidos y promete quedarse en ese puesto por un rato largo”, estimó. En ese cultivo la Argentina se mantiene como el tercer mayor productor del mundo.
En ese marco también analizó los cambios desde el lado importador. “¿Todos saben que el trigo que se consume en el mundo, el 27% es importado? En maíz ese porcentaje es del 15% apenas. Y en soja el salto es enorme, ya que se ubica en el 67%”, explicó.
Por eso remarcó que Argentina “es un jugador importante” en el cultivo. “Sin embargo hay un dato dramático, porque hace más de 30 años Argentina entre los tres competidores más importantes del mundo era el mejor en rendimientos. Hoy somos el tercero en eso, y cómodos”, lamentó.
LIQUIDACIONES DE GRANOS
Quien también formó parte del panel de mercados fue el analista Gustavo López, quien aseguró que la última implementación del dólar soja no tuvo los resultados esperados en materia de liquidación de divisas.
“Sacando los componentes de otros usos específicos de la semilla, comparado contra las compras totales a precio y aquellas que serían para fijar precio, hay casi 6 millones de toneladas que están pendientes del ciclo anterior”, estimó.
Por eso, aseguró: “Volumen hay para vender, pero no hay ningún incentivo a los productores para que se deshagan de la mercadería. No es atractivo”.
El director de la consultora Agritrend indicó que “para mantener a la industria aceitera, durante el año ingresaron 9,5 millones de toneladas de soja importada, cifra que podría crecer más”.
“Y la exportación será muy pobre. Es bastante probable que no llegue al millón de toneladas. Se apunta igualmente a una molienda máxima para abastecer a la industria local de entre 29 a 30 millones de toneladas”, barajó.
En ese marco, le puso cifras a la capacidad ociosa actual de la molienda local de oleaginosas: al menos un 56%, lo que llevará a niveles de harina de soja y aceite más bajos.
EL TRIGO QUE SE VIENE
Por último, la analista Paulina Lescano también aportó su mirada en Agrotendencias. Consideró que los valores FOB del trigo “son más bien testimoniales” ya que el país no realiza exportaciones de ese commodity.
Aún así, “si nos dejaran, sería un valor lejísimos del que tiene mercado internacional. Estamos muy lejos de poder competir en el resto del mundo”, remarcó.
“¿Cuál es nuestra situación? No tenemos políticas adecuadas para ir creciendo en los años en que son buenos. ¿Puede haber algún cambio positivo a nivel local? Falta un siglo. Todas las decisiones que tenemos que tomar, hay que tomarlas con la realidad que tenemos hoy y pensar que si hay cambios positivos sea un escenario dentro de varios otros”, concluyó Lescano.
En materia de maíz, Lescano sostuvo que en Chicago se ubica al valor del grano en aproximadamente u$s 232.
“Si lo tomamos de referencia, en un escenario potencial podría haber una baja en los valores internacionales. El USDA dijo que se espera un record de producción que sobrepasa a un consumo que es record”, señaló respecto a las estimaciones de la campaña 2023/2024.