El aumento de población mundial, la mayor erosión del suelo y el incremento del parque automotor en todas sus modalidades ha aumentado los índices de preocupación ambiental.
La contaminación de los suelos con hidrocarburos afecta severamente el medio, provocando salinización. Por otro lado, se producen terribles efectos tóxicos sobre la microflora y se despliega una grave mortandad de los cultivos.
En el marco de un convenio de vinculación tecnológica entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria e YPF, el INTA Chubut investigó técnicas de saneamiento y de revegetación de áreas afectadas por derrames de petróleo.
El trabajo consiste en la remoción con cincel y fertilización con nitrógeno y fósforo repetidas mensualmente desde octubre hasta marzo, con el objeto de incentivar la acción degradante que sobre los componentes del petróleo ejercen los microorganismos naturales del suelo.
Según los técnicos, los efectos son agravados porque la Patagonia extraandina posee un ecosistema sumamente frágil. Su clima árido, frío, de gran amplitud térmica, fuertes vientos y sequía durante las primaveras y los veranos, generan condiciones que preocupan por la posibilidad de que se provoque un desequilibrio ambiental.
A partir del trabajo conjunto de INTA e YPF, en una sola temporada se logró reducir entre el 30 y el 50% del total inicial de hidrocarburos presentes, con lo que se demostró que bajo condiciones favorables de temperatura y nutrientes, la biodegradación aeróbica puede recuperar el suelo contaminado por derrames de petróleo. Además, las áreas trabajadas dejan de asemejarse a lagunas, con lo cual se anula su acción dañina sobre cultivos y aves. l