Uno de los disertantes fue el Ing. Agr. Hernán Villada, del staff técnico de Kioshi Stone. Durante su introducción reflexionó: “En tiempos de pandemia hemos priorizado nuestra salud y empezamos a convivir con protocolos, entonces, si llevamos este aprendizaje a nuestros lotes, también deberíamos priorizar la ‘salud del suelo’ y empezar a trabajar con protocolos, de fertilización, nutricionales, agronómicos, etc.”
Según señaló Villada, las tendencias regionales demuestran que en los últimos 15-20 años hubo una reducción del 30-50% de los niveles de materia orgánica con respecto a los suelos prístinos, es decir que consumimos la mitad de nuestro reservorio más importante de nutrientes. Y agregó “esta disminución provoca la caída de muchos nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo de los cultivos, como por ejemplo Nitrógeno-Fósforo, Potasio, Calcio, Magnesio, Azufre, Cobalto, Molibdeno, Boro y Zinc”.
“Otro parámetro que ha disminuido y es de suma preocupación es que los suelos se están acidificando (el Ph está disminuyendo), y en consecuencia, hay suelos en que los nutrientes no están disponibles y hay problemas en su actividad biológica”, agregó Villada.
Siguiendo con su disertación en el campo experimental, el técnico señaló que la fertilización foliar es útil para curar, prevenir y corregir deficiencias, y así poder mejorar el desarrollo de los cultivos. Algunas de las ventajas de esta herramienta de nutrición son la provisión rápida de nutrientes, garantiza el suministro de nutrientes de forma inmediata cuando hay poca disponibilidad en el suelo o la actividad de las raíces es baja. Además, puede ser combinada con la aplicación de fitosanitarios.
Ya en las parcelas experimentales de soja, Villada presentó Mist Balance, el único fertilizante foliar del mercado formulado con nanominerales de altísima pureza, que contiene macro y micronutrientes específicos para optimizar el cultivo de esta oleaginosa. Mist BLC promueve la fertilización balanceada del cultivo y se recomienda su aplicación en 2 momentos: en estadios vegetativos para promover el crecimiento y desarrollo del cultivo. Y en estadios reproductivos, ya que los micronutrientes ayudan a reducir el aborto floral y fomentan el “cuaje” de las flores. Otros beneficios que ofrece MIST son las bajas dosis de aplicación (1-2 lts/ha), la reducción de los costos de logística. Además, es amigable con el medio ambiente, reduce la huella de carbono y no presenta perdidas de ningún tipo como ser lixiviación, evaporación, etc.
A su turno, el Ing. Agr. Germán Bianchini fue el responsable de presentar los ensayos de fertilización en maíz. Según indicó, en barbecho corto (15 a 20 días), se aplicaron 1,5 litros/ha de MIST TOP SOIL que es un fertilizante nanomineral que contiene calcio, magnesio y azufre. Este producto le otorga de una forma rápida y eficiente nutrientes para ser intercambiados con las bases del complejo de intercambio catiónico (CIC) y poder de esta manera mejorar el pH en el suelo, liberando así otros nutrientes que estaban retenidos.
Luego, a la siembra, se utilizó un arrancador 20 N-10 P-0 K10 S. Es decir, un fertilizante arrancador típico que se usa para la siembra de maíz y cuya dosis fue determinada por un análisis de suelo previo. Una vez emergido el cultivo, se realizaron dos aplicaciones con MIST Nitrogenado, que posee nitrógeno de base ureica de liberación lenta, balanceado con calcio, magnesio y azufre. La dosis utilizada fue de 3 litros/ha en cada aplicación, en V4 y V7-V8. Se le agregó también en la última aplicación 0,5 litro/ha de Mist Zinc y 0,5 litro/ha de Mist Potasio para cubrir todos los requerimientos nutricionales de un maíz de alto potencial de rendimiento.
“Dentro de Kioshi Stone estamos en contacto directo con el productor con el objetivo de escuchar sus necesidades y ofrecer soluciones integrales, otorgando prácticas de manejo sustentable a través de nuestros protocolos de nutrición vegetal y fertilización a suelo”, afirmó el Ing. Gabriel Lema, presidente de la compañía.