Una de las empresas lácteas más importantes de la Argentina, Matellone Hnos. (La Serenísima) arrastra severos problemas financieros desde hace varios ejercicios económicos. En su último balance anual, cerrado el 30 de diciembre de 2007, facturó $2.100 millones, pero tuvo que afrontar pérdidas por $33,2 millones.
En este contexto, la firma láctea es una de las más favorecidas en el cobro de las compensaciones otorgadas por el Gobierno. Al mes de marzo ya concentraba el 8,8% del total de los subsidios repartidas por la Oncca. Sin embargo, Mastellone intenta despegarse de esta imagen de gran favorecida por el pago de reintegros.
En un comunicado de prensa la firma explicó que el resultado negativo de su ejercicio económico se debe en gran medida por el acuerdo de precios establecido por el Gobierno, más allá de las compensaciones que otorga.
Según los cálculos que detalla Mastellone, durante el 2007 la empresa compró a sus tamberos $1.289 millones de litros de leche cruda por un total de $940,9 millones. En ese mismo período, el monto cobrado en materia de compensaciones fue de $172,7 millones.
Entonces el costo neto por la compra de leche resultó para la firma de $768,2 millones, pero según los precios de referencia establecidos por el Gobierno debería haberse pagado un neto de $736,3 millones. La diferencia de $31,9 millones es el monto de compensaciones pendientes que, al cierre del ejercicio, todavía no habían sido cobradas, y que impactaron directamente en el balance anual de la empresa.
Un dato a tener en cuenta de ahora en más es que Economía, mediante una resolución, le extendió un nuevo trimestre de compensaciones para los meses de noviembre, diciembre y enero pasados.
Aunque la firma intenta explicar su situación financiera como producto del acuerdo de precios y que recibe las compensaciones “simplemente porque cumple con lo exigido por el Gobierno”, mostró de todas formas menos pérdidas que en el ejercicio anual que cerró en diciembre de 2006. Ese año que tuvo que afrontar un saldo negativo de $79,9 millones con ventas por $1.900 millones.
Otro dato a tener en cuenta es que Mastellone también juega en el segmento de exportación en el que se están pagando muy buenos precios internacionales. Respecto del mercado interno no todos sus productos están en la lista elaborada por el Gobierno para controlar el índice de inflación sino que entran aquellos de suma necesidad en la canasta básica y las compras de leche corresponden para la elaboración de todos los productos.
En este contexto las deudas de la compañía se llevan un capítulo aparte. Según su último balance presentado posee deudas financieras a corto plazo por u$s22,4 millones y a largo plazo por u$s199,6 millones.
Al mismo tiempo en 2007 la Comisión Nacional de Valores le dio la autorización para emitir obligaciones negociables por hasta u$s250 millones que hasta el momento no emitió. Según la empresa el contexto general de la economía nacional todavía no es propicio para utilizar esta herramienta financiera, pero estiman que en el corto plazo efectuarán la emisión que servirá en primera medida para pagar parte de su deuda financiera a corto plazo.
En 2004 la empresa reestructuró parte de su deuda emitiendo obligaciones negociables senior que vencerán el 30 de junio de 2012 por un total de u$s166,6 millones y por las que deben afrontar el pago de intereses a los accionistas del mercado de capitales.
Mastellone desde hace varios años intenta salir de sus inconvenientes financieros. A mediados de los 90, en la necesidad de ingresar capital cedió el 33% del paquete accionario al fondo Dallpoint Investments, que está dirigido por Carlos Agote, hoy vicepresidente segundo de Mastellone.
También vendió a la empresa francesa Danone (que es dueña en la Argentina de Villa del Sur y Bagley) su cadena de distribución y logística, que cuenta con una flota de más de 1.000 camiones y la línea de yogures y postres. Por estas operaciones recibió u$s390 millones.