El ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, lanzará este miércoles una nueva edición del Programa de Incremento Exportador (PIE), el nombre formal que recibieron las dos etapas en las que estableció un tipo de cambio diferencial para las exportaciones de soja.
En esta oportunidad, en la previa desde la cartera de Hacienda han dejado trascender que no será solo un “dólar soja”, sino más bien un “dólar agro”, porque contendría un incentivo también para exportaciones de productos de economías regionales, una promesa que hizo Massa a fines del año pasado y repitió en marzo, pero todavía no cumplió.
El valor del nuevo tipo de cambio diferencial no se conoce por ahora, pero diversas fuentes señalan que se ubicará en torno a $ 300 por dólar; es decir, a la mitad entre el valor “oficial”, que apenas supera los $ 200, y las cotizaciones “libres” (blue, MEP, CCL) que están en los $ 400.
A priori, el nuevo PIE estaría vigente por 45 días: desde el próximo lunes 10 de abril hasta el 31 de mayo.
EXPECTATIVAS DE VENTAS
Una de las grandes preguntas que se hacen tanto productores como el sector político por estas horas es qué impacto puede tener este nuevo programa, en un contexto muy distinto al que hubo cuando se realizaron las dos primeras ediciones del “dólar soja”.
La mayor parte del stock de la cosecha 2021/22 ya se vendió, y es difícil conocer qué estrategia utilizarán los productores para los granos 2022/23, habida cuenta que la cosecha va a camino a ser la peor en más de 20 años.
De acuerdo con la agencia Télam, la expectativa es que se comercialicen unos 8 millones de toneladas, que equivaldrían a U$S 2.500 millones. Este cálculo es sobre la base de que la cosecha anterior generó 44 millones de toneladas y, según cifras de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios, se llevan comercializados 36,3 millones, lo quedaría una existencia potencial remanente de 7,7 millones.
Sin embargo, en el sector privado consideran esta previsión exagerada y se habla solo de unos 4 millones de toneladas que quedan en stock.
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La clave es ver si hay ventas anticipadas 2022/23 que se activen con un tipo de cambio más favorable, habida cuenta que podría ser una oportunidad para mejorar su ecuación financiera de cara a la siembra de trigo y cebada, que viene favorecida por las lluvias.
Según un informe del consultor y exsubsecretario de Mercados Agropecuarios, Javier Preciado Patiño, no es descabellado pensar que este “dólar agro” que se presenta hoy pueda generarle al país hasta U$S 6.000 millones.
En total, el cálculo de Preciado Patiño es que, entre el saldo de la soja 2021/22 y ventas anticipadas de la 2022/23, se podrían llegar a comercializar unos 10,2 millones de toneladas.
Lo que está claro, es que esta tercera etapa del PIE difiere sustancialmente de las anteriores. “En la primera edición había grandes stocks y lo que se buscó es que la soja que estaba en poder de los productores o en el circuito comercial sin precio fluya hacia el complejo exportador, lo cual se logró. En la segunda edición se le dio continuidad a la misma estrategia”, opinó el exfuncionario durante la gestión de Julián Domínguez en la cartera de Agricultura.
Y continuó: “Esta tercera edición está determinada por otra circunstancia: hay un impacto muy fuerte en la producción producto de la sequía, al tiempo que el circuito comercial ya ha vendido los grandes stocks que tenía. De manera que la medida permitirá apuntalar en este segundo trimestre del año el ingreso de divisas y otorgar al productor rural, severamente afectado por la seca, el acceso a un tipo de cambio mejor que le permite afrontar el inicio de la campaña de trigo y cebada”.