En este rumbo que han iniciado las semilleras para combinar cultivos de verano (intercalados, intersembrados, etcétera), los de Monsanto también tienen sus propuestas. En primer término se vio lo que anticipáramos la semana pasada, el cultivo alternado de maíz y soja, con destino a silaje. Son nueve filas de uno y después nueve del otro. “El efecto es que el rendimiento así es mayor que haciendo un lote de maíz por un lado y uno de soja por el otro”, sostiene Martín Sackmann, referente de la compañía para la zona de Pehuajó.
En el plot se vieron los materiales híbridos de maíz Dk 682 RR y Dk 684 RR, ambos resistentes a glifosato, junto con una soja de grupo de madurez 4.7.
Hace tres semanas, varios de estos plots se picaron para una demostración que se le ofreció a un grupo de ganaderos de la región. Para explicar por qué el rinde es superior así que en lotes separados, Sackmann comentó que por un lado se incrementa el “efecto bordura” sobre el maíz y que, por el otro, el maíz ejerce una función de barrera al viento, que reduce la demanda ambiental de humedad sobre el cultivo de la soja.
En el establecimiento San Francisco, la soja y el maíz se sembraron el 10 de octubre, fecha óptima para la oleaginosa, pero atrasada para el cereal. Cuando lo picaron, a fines de febrero, la soja estaba en el estado reproductivo R6, mientras que el maíz estaba en “media línea de leche”.
Los asistentes a la jornada también pudieron apreciar ensayos que se están realizando con híbridos ultraprecoces, de 85 a 95 días a madurez relativa, con la idea de hacer un doble cultivo de verano: primero este maíz sembrado temprano, con el fin de cosechar a fines de diciembre y ahí implantar la soja.
La idea no es nueva y de hecho la gente de Don Mario la estuvo trabajando en los últimos años. Los de Monsanto utilizaron materiales estadounidenses para ver cómo se desempeñaban localmente. Por cuestiones logísticas (la llegada de la semilla se retrasó) sólo se pudo trillar el maíz en la localidad de Rojas (Buenos Aires), con rindes que oscilaron entre 4.000 y 6.000 kg/ha (muy bajos), el 10 de enero. El 14 se sembró la soja, que todavía está completando el ciclo.
En Pehuajó se estaría en la zona límite para intentar un doble cultivo estival, por periodo libre de heladas. La idea sería sembrar lo más temprano posible en setiembre; si se pudiera trillar como grano húmedo (con destino exclusivo a ganadería), mejor, porque se adelantaría el momento de siembra de la soja.
También se está ensayando distintas densidades de plantas para estos híbridos superprecoces, que van de 70.000 a 100.000 plantas por hectárea.
Inoculación en la línea
En soja, la gente de Rizobacter comentó que están avanzados en la tecnología de inoculación en la línea. Explicaron que ya se midieron diferencias importantes en la nodulación y que cuando se cosechen los ensayos se verificará cómo se tradujo esto en rendimiento.
Para esta técnica se utilizan dosis de inoculante de 2 litros por hectárea, aplicados en un caldo de 20 l/ha. En esta campaña, grandes empresas de siembra hicieron superficies de soja de 500 hectáreas cada una, de esta forma.
