La proliferación de malezas resistentes ocurridas en los últimos años, al punto de que muchas especies prácticamente se están quedando sin alternativas químicas de control, ha despertado las alarmas también para las otras amenazas que enfrentan cada año los cultivos: las plagas y las enfermedades.
Respecto a estas últimas, la aparición de hongos resistentes ya es una preocupación presente en el campo argentino, al punto de que una reciente encuesta de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) reveló que el 10% de los productores han tenido problemas para el control de enfermedades con los fungicidas que actualmente se utilizan en el mercado.
En ese sentido, la aparición de nuevas moléculas, con diferentes modos de acción, es esencial para ampliar el abanico de herramientas de control. Precisamente, esa es una de las novedades más importantes que trae la campaña 2022/23 para la soja: una nueva molécula que la firma FMC presentó la semana pasada en Rosario.
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Se llama Fluyndapir, un principio activo propiedad exclusiva de FMC, que la empresa obtuvo en el marco de una inversión en investigación y desarrollo de U$S 200 millones.
Es una carboxamida combinada con un triazol (Difenoconazole), cuyo nombre comercial es Onsuva y es el primer producto dentro de una “familia de fungicidas” que FMC planea lanzar al mercado en los próximos años, según señaló el Gerente de Servicio Técnico de la empresa, Juan Caporicci, durante el evento de presentación del nuevo fungicida, realizado en el hotel City Center de Rosario y al que fue invitado Infocampo.
TRES PODERES
Además de soja, el producto también está disponible para maní. Y según Caporicci, uno de sus principales puntos salientes es que posee “tres poderes”
- Potencia fungicida. “Con menos cantidad de activo funciona muy bien. Y al trabajar con menos ingrediente activo por hectárea, logramos una aplicación con menos impacto ambiental”, valoró Caporicci.
- Mayor protección. “En los testeos realizados, hemos comprobado muy buenas respuestas a todas las enfermedades de fin de ciclo en soja”, agregó.
- Respuesta productiva. “También hemos comprobado en ensayos realizados en todas las regiones, y bajo todas las condiciones climáticas, que los cultivos cuando se usa Onsuva logran un plus de rendimiento, en un promedio de 300 kilos por hectárea”, completó.
Técnicamente, lo que aporta esta carboxamida es interferir en la respiración mitocondrial de las células de los hongos, de manera que logra una acción preventiva, curativa y erradicativa de las enfermedades.
Según Caporicci, si bien es un producto que por su calidad tendrá un alto valor, los datos surgidos de los ensayos muestran una garantía de retorno en la inversión.
“A valores de hoy, aplicar Onsuva tiene un costo de 52 kilogramos de soja por hectárea. En el 98% de los más de 200 ensayos realizados, se logró una respuesta superior a esa cifra, con un promedio de plus de rendimiento de 300 kilos por hectárea”, enfatizó.
LO QUE VIENE
En tanto, Jorge Morre, Gerente de Investigación y Desarrollo de FMC Cono Sur, subrayó que anualmente FMC invierte alrededor de un 6% de sus recursos en la investigación de nuevas moléculas; una proporción que supera por un 30% el promedio de la industria.
Como para tomar dimensión, manifestó que solo una de cada 100.000 o 200.000 moléculas que se prueban, llegan finalmente al mercado, en un proceso que tarda de 8 a 10 años.
En este contexto, Morre precisó que Onsuva es el primer representante de la “Generación Fluindapyr”, que a mediano plazo sumará los fungicidas Fidresa, exclusivamente para cereales de invierno; y Resuris, en la que se combinará la nueva molécula con un multisitio, para maní y cereales.
A esto se suman herbicidas, insecticidas y productos biológicos, ya en fase final de registro o en experimentación, que se irán sumando al portfolio de FMC durante los próximos ocho años.