Comenzó un nuevo año y, como era de esperar, desde la dirigencia rural comenzaron a llegar los primeros mensajes relacionados a la necesidad de que en el presente ejercicio lleguen medidas que favorezcan al sector, más aún en un contexto tan complicado por la sequía y los aumentos de costos.
El presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Elbio Laucirica, se adelantó con una carta abierta dirigida “la sociedad en su conjunto, al sector agroindustrial en general y al movimiento cooperativo en particular”, en la que hizo un balance sobre 2022 y trazó sus expectativas para el año que acaba de iniciarse.
MIRÁ El balance anual del campo: los hechos que marcaron al sector en 2022
“Hemos transitado un año realmente difícil, no solo por la compleja situación económica y social que atraviesa el país, sino también por las turbulencias políticas vividas, escenario agravado por la incompetencia de algunos y la intolerancia de otros, más preocupados por sus propios intereses personales o electorales, que por generar políticas para el bienestar y desarrollo integral de los argentinos”, subrayó Laucirica.
Y recordó que a este contexto “padecido” por el conjunto de la sociedad, se suma en el caso particular de la actividad agropecuaria las inclemencias climáticas que afectaron tanto a las producciones pampeanas como a las economías regionales.
MIRÁ El semáforo de las economías regionales tiene cada vez más luces en rojo
“Las perspectivas avizoran una menor producción, y en consecuencia, menos ingresos para el país, algo particularmente grave para los pueblos del interior que verán perjudicadas sus economías, aquejando irremediablemente a los comercios de zonas rurales y servicios locales”, advirtió el titular de Coninagro.
LA ESPERANZA EN 2023
De todos modos, Laucirica consideró que es posible encontrar una salida a estos problemas, pero que para eso se necesita más “empatía” del poder político hacia quienes cada día trabajan produciendo alimentos.
“No debemos resignarnos, ya que es posible que en conjunto, buscando los consensos y logrando los acuerdos, podamos seguramente construir un 2023 con más empatía y con políticos que de una vez por todas comprendan y aprecien realmente el esfuerzo de quienes generan trabajo y empleos dignos, movilizan la economía y producen los alimentos que todos necesitamos”, enfatizó.
Desde su punto de visto, “la producción, junto a la agroindustria, podemos ser parte de la solución para salir del estancamiento y la pobreza”, y por eso “más que nunca debemos aunar esfuerzos en la búsqueda de los consensos y acuerdos necesarios, que esa voluntad dialoguista no sea una cuestión meramente declamativa, sino que se cristalice con madurez”
“Como país tenemos los recursos y como sociedad tenemos las capacidades para lograrlo, por lo que tomemos como ejemplo a la Selección Nacional y su enorme logro de haber ganado la Copa en el Mundial, evidenciando que el trabajo en equipo, el esfuerzo promoviendo el bien común y la fuerza de la voluntad colectiva por sobre lo individual, con objetivos claros y valores humanos, pueden ayudarnos a lograr un país mejor”, cerró Laucirica.
Carta abierta del presidente de Coninagro a la sociedad
✍@lauciricaelbio pic.twitter.com/YVTCVLe6tm
— CONINAGRO (@CONINAGRO) December 31, 2022
“UN AÑO PERDIDO”
En paralelo, la Sociedad Rural de Rosario (SRR) emitió un comunicado en el que no fue para nada optimista en relación al nuevo año.
“2023, Año perdido para el Campo”, se titula el texto dado a conocer este lunes por la entidad santafesina, en el que le reclamó al Gobierno que “devuelva la extrema confiscación fiscal de nuestros recursos”.
El principal problema que subrayó la SRR es la sequía: “Con el paso de los días solo vemos que los cultivos de verano de la región núcleo se van deteriorando cada vez más”, alertó.
Así, tras el “fracaso” de la cosecha fina, llega esta mala perspectiva productiva para la campaña gruesa y, “en ganadería, una alarmante baja de productividad”.
MIRÁ “Al rojo vivo”: la Sociedad Rural alertó por la crisis que vive la ganadería vacuna
En esta última actividad, la SRR se quejó además de la “manipulación de precios (planchados en los últimos 8 meses)”, porque “genera una falta de previsibilidad en una actividad a largo plazo cuyas pérdidas llevan a una real descapitalización y del sector que se derrama en la sociedad en su conjunto”.
MIRANDO A LA REGIÓN
La Rural rosarina planteó, en este contexto, su envidia por las condiciones en las que trabajan los productores de Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, donde “existe una relación de confianza recíproca entre el sector privado productor con los respectivos gobiernos, producto de políticas coherentes, sustentables y de largo plazo”.
“Exigimos políticas de estado agropecuarias predecibles y desarrollo de infraestructura (en un país de grandes extensiones y con capital de agua dulce) para así aprovechar a pleno los recursos naturales que existen, junto a la tecnología altamente desarrollada, se genere mayor y mejor producción, promoviendo y alentando el valor agregado en origen”, continuó la SRR.
Y enumeró que mecanismos como el cepo cambiario, las retenciones, los “dólar soja” o los fideicomisos, lo único que crean es “incertidumbre a la hora de la toma de decisiones” y provocan pérdida de confianza.
Para la Sociedad Rural de Rosario, “la extrema situación actual del sector agropecuario, economías regionales y el país en su conjunto, nos avergüenza como ciudadanos. Estamos en el 2023 en un país rico en recursos naturales, donde de una vez por todas con madurez y consensos tenemos que hacer los cambios necesarios y determinar políticas de estado productivas a corto, mediano y largo plazo y así salir adelante”.
Por eso, “ante semejante adversidad, solicitamos que el gobierno baje los impuestos, unifique el tipo de cambio, eliminen las retenciones y liberen los mercados, para poder hacer frente a esta durísima realidad. Devuelvan la extrema confiscación fiscal de nuestros recursos que hoy requerimos para enfrentar la crítica realidad de un año perdido”, cerró.